En Siria se cometieron crímenes contra la humanidad. De manera tajante, una comisión investigadora de Naciones Unidas, instituida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU el 23 de agosto, se refirió a la represión de las protestas contra el gobierno del presidente Bashir al Assad. Paulo Pinheiro, presidente de la comisión, presentó el informe en Ginebra y advirtió que la naturaleza de los ataques y su coordinación permiten deducir la participación de altos niveles del gobierno y del ejército. El documento de 39 páginas detalla torturas perpetradas contra niños hasta matarlos, abusos sexuales, detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza y otros actos criminales. Y denuncia órdenes dadas a militares para que disparen a matar sin previo aviso, la presencia de francotiradores y ejecuciones de objetores de conciencia. El grupo de investigación independiente indicó que esos crímenes se perpetraron en Damasco, Dara, Duma, Hama, Homs, Idlid y zonas de frontera. Siria, por su parte, había negado el ingreso al país de la comisión investigadora, que se reunió con más de 220 víctimas y testigos, entre ellos desertores del ejército y de las fuerzas de seguridad.

Según informes de Naciones Unidas, hasta el 8 de noviembre la represión provocó más de 3500 muertos. El canciller francés, Alain Juppé, se refirió al régimen sirio tras la decisión de la Liga Arabe de imponer sanciones económicas a Damasco. “Las cosas proceden lentamente, pero se avanza después de que la Liga Arabe, que tiene un peso considerable, decidiera tomar sanciones destinadas a aislar todavía más al régimen de Damasco. Sus días están contados, está claro, hoy está totalmente aislado”, vaticinó el ministro. En declaraciones a radio France Info, Juppé manifestó que es necesario avanzar en el despliegue de corredores humanitarios. “Lo hemos realizado en otras circunstancias y es el único modo de aliviar en un plazo breve los sufrimientos de la población”, consideró.

El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, señaló que Estados Unidos sigue trabajando para aislar al régimen de Damasco y condenó las violaciones a los derechos humanos en Siria. El comité que coordina las protestas informó que al menos siete personas, entre ellas cinco civiles y dos soldados que se sumaron a los movimientos de oposición, murieron ayer en Siria durante acciones del ejército y las fuerzas de seguridad. El canciller de Damasco, Walid al Moalem, presentó en una conferencia de prensa una filmación con imágenes en las cuales se muestran “crímenes cometidos por bandas de terroristas armados” a las cuales el régimen del presidente sirio atribuye la causa de la violencia.

Las imágenes fueron difundidas como “la prueba de la existencia de las bandas armadas, existencia que la Liga Arabe no quiere admitir”, dijo el canciller durante la conferencia transmitida por la televisión estatal. En la filmación se muestran imágenes de cuerpos mutilados y carbonizados. Miles de personas que apoyan a Al Assad se manifestaron ayer en Damasco y condenaron las sanciones aprobadas anteayer en El Cairo contra Siria. La Liga Arabe anunció, por su parte, que revisará su decisión en caso de que Damasco ratifique el plan propuesto para poner fin a la represión.

La televisión oficial difundió imágenes de manifestaciones en la capital siria, en apoyo a la unidad nacional y en rechazo de la interferencia extranjera. Durante las marchas, protagonizadas por caravanas de vehículos con banderas sirias que hicieron tronar sus bocinas, los manifestantes portaban pancartas que calificaban a la Liga Arabe como un “perro faldero” de Estados Unidos. Los manifestantes rechazaron las sanciones contra el régimen sirio, que incluyen el congelamiento de cuentas vinculadas con el presidente Al Assad, la ruptura de las relaciones con el Banco Central de Siria y la paralización de las inversiones árabes en el país.

El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Moalem, salió al cruce de las sanciones contra su país y criticó duramente la decisión del organismo panárabe, en especial la interrupción de las relaciones con el Banco Central, medida a la que calificó como una declaración de guerra económica. “Las sanciones son una calle de dos direcciones. No es una advertencia, pero tendremos que defender los intereses de nuestra gente. Tenemos que defender los intereses de nuestro pueblo”, señaló Al Moalem en una rueda de prensa televisada.

Amnistía Internacional se sumó al reclamo para que se termine con la persecución política en Siria. Ayer le reclamó al Consejo de Seguridad de la ONU que actúe rápidamente y de forma decisiva ante el gobierno de Siria para que cese la represión contra manifestantes contrarios al régimen. “El Consejo de Seguridad debe transmitir la situación en Siria al fiscal de la Corte Penal Internacional y asegurarse además de que aquellos que cometan violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Siria deban responder ante la Justicia”, señaló Amnistía en un comunicado, que además criticó la inacción del Consejo de la ONU.