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Mitt Romney recobró su rol de precandidato favorito ayer, en la carrera republicana a la presidencia de Estados Unidos de cara a las próximas asambleas partidarias en Nevada. El llamado “moderado” por su rival Newt Gingrich recibió además el respaldo del magnate Donald Trump (foto). Esta figura republicana se suma a las de John McCain y Rudolph Giuliani, quienes ya se habían encolumnado detrás de la candidatura del ex gobernador de Massachusetts.

Los cuatro aspirantes republicanos llenaron sus agendas de actos en Las Vegas y otras ciudades de Nevada, un estado clave que celebra mañana su caucus y en el que todo apunta a que Romney repita su holgada victoria del martes en Florida. Según una encuesta publicada ayer por el diario Las Vegas Review-Journal, Romney cuenta con el apoyo del 45 por ciento de los republicanos que piensan acudir a los colegios electorales.

Gingrich, quien le provocó zozobra a Romney en las primarias de Carolina del Sur, le sigue de lejos con un 25 por ciento, mientras que Rick Santorum y Ron Paul se reparten un 11 y un 9 por ciento de los apoyos, respectivamente. A nivel nacional, Romney también le arrebató el liderazgo a Gingrich en los sondeos semanales que publica Gallup, con un 31 por ciento del respaldo frente al 26 por ciento del segundo. El líder en la carrera remató las buenas noticias del día cuando Trump, una figura clave en el panorama republicano, le ofreció su apoyo en la carrera a la Casa Blanca.

“Mitt es duro, listo y agudo. No va a dejar que sigan pasándole cosas malas a este país al que amamos. Así que ve a por ellos, gobernador Romney, puedes hacerlo”, se envalentonó Trump. El magnate aprovechó su hotel de cinco estrellas que posee en Las Vegas, Trump International, para dar el anuncio en presencia de Romney. El ex gobernador se mostró honrado y encantado de lograr su favor, y pidió también el de los votantes de Nevada, a quienes prometió revertir el acuciante problema de desempleo que sufre el estado. El miércoles por la noche, cuando surgieron las noticias de un inminente anuncio de Trump, el equipo de Gingrich se atrevió a aventurar que su candidato, más afín a los ideales conservadores del magnate, sería el elegido. Pero Gingrich debió conformarse con un nuevo día lleno de actos de campaña en el estado, y de réplicas contra Romney, a quien acusó de restarles importancia a los pobres. “A él no le preocupan porque tienen una red de protección social, pero ellos lo que necesitan es un trampolín que los lleve hacia arriba”, afirmó.