La clase política se somete entre ayer y hoy al humor de los italianos que afrontan una batería de duras medidas de austeridad económica. Estas elecciones municipales son las primeras que se realizan desde que asumió Mario Monti y pondrán a prueba el nivel de aceptación de los partidos de cara a los comicios generales de 2013. Poco más de nueve millones de personas se encontraban en condiciones de sufragar. Sin embargo, el Ministerio del Interior italiano informó que hubo poca afluencia a las urnas. A las 19 (hora local) se había registrado una participación del 37,7 por ciento, frente al 39,1 por ciento contabilizado, a esa misma hora, en los últimos comicios locales. En estas elecciones se renuevan 942 ayuntamientos, de los cuales 170 tienen más de 15.000 habitantes: si el candidato más votado no se alza con la mayoría, se realizará una segunda vuelta el 20 y 21 de mayo.

De los ayuntamientos con más habitantes, 98 están en manos de la derecha, abroquelada en el Pueblo de la Libertad (PDL), de Silvio Berlusconi, y su hasta ahora aliada Liga Norte; 57 de esos municipios son del centro izquierda, mientras que nueve son gobernados por partidos centristas y seis por Listas Cívicas (grupos independientes). A su vez, se renuevan los consejos municipales de 22 capitales de provincias, entre ellas, Palermo, Verona, Monza, Piacenza, Parma, Génova, L’Aquila, Taranto y Catanzaro. En Palermo es candidato a la alcaldía Leoluca Orlando, el famoso alcalde antimafia, y en Génova se presenta Marco Doria, hijo de Enrico Doria, quien fuera desheredado por afiliarse al Partido Comunista italiano (PCI).