EL MUNDO › OPINION
¿Quién o qué es este tipo Donald Rumsfeld?
Por Satya Sagar *
Un número de seres humanos han sido liberados y han salido de abajo del talón de un régimen perverso, brutal.” Pocas veces leo los diarios hoy en día (¿qué sentido tiene?), pero esa declaración me atrapó. Ese era Donald “Defensa” Rumsfeld informando sobre los operaciones militares en Basora, al sur de Irak, en su primera visita a la colonia más nueva de Estados Unidos. Y esto en el día en que, por segunda vez en la misma semana, los soldados norteamericanos dispararon y mataron a manifestantes antinorteamericanos en la ciudad de Fallujah, a 30 kilómetros de Bagdad. No discutiré lo que el hombre dijo, nuevamente ¿qué sentido tiene? Pero la elección de las palabras me perforó el corazón como un pedazo de acero.
¿Un número de seres humanos? ¿Como 010101010101? ¿O 666? ¿Qué tienen que ver los números con los seres humanos? ¿Quién o qué es este tipo Rumsfeld? ¿Es un hombre o una fábrica? ¿Qué marca de lubricante de motor pasa por sus venas? No lo puedo comprender. No logro sacarle la ficha (de veras le temo a un cortocircuito). No, el hombre no es escurridizo en el sentido común; sólo evasivo, de una manera extraña. Sería interesante acostar a este tipo en el diván de un psicoanalista. Quizá se necesiten unas docenas de sesiones. Pero la tarea es importante y por cierto preocupante. Hay demasiadas de estas personalidades tipo Complejo-Militar-Industrial manejando los cambios de poder en nuestro mundo. Así que permítanme “analizar esto”. De todos los halcones probablemente él sea el más duro. No es un político norteamericano común. Este tipo tiene más cabezas que cualquier antiguo demonio indio, todas cambiando constantemente con sus complots y planes macabros. Rumsfeld, el Viejo Guerrero, defendiendo las fronteras de su patria, expandiéndolas si es necesario, protegiendo el American Way of Life, protegiendo a los norteamericanos, para quienes proteger sus propios intereses es un Way of Life, y no sólo durante un año sino por todo un maldito siglo. Rimsfeld-el patricio.
“Los países ganan las guerras convencionales, pero son los conceptos los que ganan las guerras no convencionales.” Había una vez en que la gente real moría en las guerras, pero en estos días son los números los que desaparecen. Es el Pitágoras del nido de ratas. Rumsfeld el matemático. ¿El 11 de septiembre? Bueno, algunos cálculos pueden salir mal. Rumsfeld olfateando, barriendo a esos terroristas de los rincones más oscuros del planeta. No dejando piedra sin voltear, ni cueva sin explorar. Rumsfeld el perro lobo. Rumsfeld salvando a Norteamérica de la escoria que se atreve a jugar con armas de destrucción masiva. ¿Dónde están? ¿Dónde están? Hasta que ¡Bingo! ¡Están en Irak, en Irán, en Corea del Norte! Rumsfeld el mago. Me puedo imaginar a Rumsfeld en su jardín. Sus nietos juegan a su alrededor. El no los ve, no escucha sus risas, porque está mirando de soslayo con sus ojos acerados más allá del perímetro de su cerco en busca de enemigos, imaginarios o reales. “No dejaré que esos sucios árabes dañen un solo cabello de mis hijos”, se dice a sí mismo. Aun si eso significa quitarle la cabeza a cada uno de los niños árabes. O la cabeza de unos cuantos niños norteamericanos, también, para el caso. Unos cuantos miles de niños, niños de otros, no importan, es la idea del infante lo que le importa. Mataremos la democracia para salvarlo. Vamos a pelear durante un siglo, aun si los días de nuestro planeta están contados. El no dice todo esto. Todo esto está implícito en las Reglas Rumsfeld.
Así que esto es lo que tenemos. No tiene sentido llamarlo maldito o algún término igualmente banal. Me di cuenta cómo tienden a rebotar en él. Es como lanzar municiones contra un tanque Abrams, un gasto de tiempo y de balas. Tiene una armadura fuerte nuestro Rumsfeld. Cuando toma una decisión o cuando asume una simple pose es imposible moverlo de su posición. El museo de Madame Tussaud puede quererlo vivo cuando se retire. Pero no pertenece a la clase que se retira. He conocido algunos de este tipo antes: siguen y siguen y siguen hasta que viene otro de rasgos semejantes y lo saca del medio. Entonces llegan a una especie de alto,farfullando, musitando, babeando, durante el resto de sus vidas, algo como Al-zheimers, Al-Qaida, Al-Gore.
Hay otra cosa sobre la historia de Rumsfeld. La invasión a Irak conducida por Estados Unidos pasará a la historia por la combinación sin precedentes de poder, precisión, rapidez y flexibilidad, dijo él el otro día. Hay algo terriblemente equivocado con la misma idea de la historia. Especialmente por aquellos que ven su repetición más como una misión que una condena. (¿Recuerdan Teherán, con la Revolución Islámica chiíta de 1979? Por supuesto y lo estamos repitiendo en Bagdad, 2003).
¿Es vulnerable Rumsfeld? ¿Tuvo una niñez? ¿Qué hacía entonces? ¿Organizaba defensas con misiles contra los indios, ataques preventivos contra los “aliens”, memorizaba a Clausewitz mientras sucedía Auschwitz? ¿Es corrupto el hombre? Yo no creo que eso sea lo suyo. Tampoco creo que haya un Rumsfeld Jr. que tome su posta en el futuro. No está en ser Dinastía, más bien simplemente Desagradable. Y ¿reza? ¿Alguna vez se pone de rodillas y recuerda a su Creador? No realmente, salvo para darle a Dios una oración de ultimátum. “Tienes 48 horas para mostrarme tus cartas.” Esto lo hace competir con el Creador mismo. “Yo pude haber hecho en cinco días lo que tú hiciste en siete.”
¿Dónde yace su secreto? Estoy adivinando, pero creo que tiene su talón de Aquiles oculto en algún lugar muy dentro de su cerebro. Es todavía un rompecabezas, envuelto en un enigma, envuelto en un misterio. Un minuto. Eso se supone que era la ex Unión Soviética. Ahí es donde yace el secreto, en la profunda congeladora de la Guerra Fría. ¿Quién hizo qué, cuándo? ¿Qué le hicieron los Rojos a este hombre al desaparecer tan pronto de la escena? Sólo puedo especular sobre esto y jamás probar nada. Lo que sí sé es que alguien debe derretir a este hombre de la edad de hielo intelectual en la que parece haber quedado. Y para eso no sirve un picador de hielo. Necesitamos un dispositivo más fino, que puede desatar cada capa que sostiene la visión del mundo que representa. Y con eso liberar, no sólo a él, sino a todos los fantasmas del planeta, que amenazan con seguir embrujando su futuro.
* Satya Sagar es un periodista basado en Tailandia.
Traducción: Celita Doyhambéhère.