Jueves, 4 de octubre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › CINCO MUERTOS EN LA FRONTERA TRAS UN ATAQUE CON MORTEROS
Según informó el gobierno de Ankara, en respuesta al ataque en la frontera, aviones turcos bombardearon posiciones sirias. Turquía informó a la OTAN y hubo reunión de urgencia. En Siria siguió la guerra civil con más de cuarenta muertos.
En medio del conflicto interno, Siria lanzó tres proyectiles de mortero que mataron a cinco personas e hirieron a otras trece en un pueblo turco. Las Fuerzas Armadas de Turquía bombardearon ayer objetivos sirios.
Fue una jornada violenta en Siria. Un día después de que el presidente Bashar al Assad visitara la ciudad de Alepo para monitorear la evolución de los combates con los rebeldes que intentan derrocarlo desde marzo de 2011, murieron ayer al menos 40 personas y otras 90 resultaron heridas, la mayoría de ellos miembros del ejército, en un atentado realizado con cuatro coches bomba. Sin embargo, los proyectiles lanzados desde el país árabe a un pueblo turco cercano a la frontera ampliaron el conflicto y desataron uno de los incidentes más graves entre ambas naciones desde el inicio de la revuelta insurgente en Siria. “Nuestras Fuerzas Armadas, siguiendo las reglas de conflicto, han bombardeado objetivos en Siria, tras determinar mediante el radar desde dónde dispararon”, dijo un comunicado de la oficina del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. El incidente que desató el bombardeo ocurrió en la región de Akcakale, en el sudeste de Turquía, cuando tres proyectiles de mortero cayeron en una aldea y causaron la muerte de cinco personas –cuatro niños y una mujer– e hirieron a otras 13, dos de ellas graves. Al parecer, los proyectiles de mortero fueron disparados desde la ciudad siria de Tall al Abyad, un puesto fronterizo que cayó en manos de insurgentes del Ejército Libre de Siria hace unos diez días. Desde entonces, los insurgentes, que quieren derrocar al presidente sirio, se enfrentan con las tropas del ejército nacional por el control del puesto.
No es el primer ataque desde suelo sirio hacia territorio turco. El viernes cayeron en Akcakale proyectiles lanzados desde el lado sirio de la frontera, aunque no causaron víctimas. También habían caído obuses en suelo turco a mediados de septiembre, y entonces resultaron heridas tres personas. Pero el de ayer se trata del incidente más grave entre Turquía y Siria desde junio pasado, cuando la defensa antiaérea siria derribó un avión de combate turco, provocando la muerte de sus dos pilotos. En ese momento, Turquía recurrió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para debatir, en base al artículo 4 de la alianza, que refiere a la obligación de consultas entre los aliados cuando uno de ellos ven amenazada su seguridad o integridad territorial por una intervención externa.
Tras el ataque de ayer, el premier turco, el canciller Ahmet Davutoglu y el jefe del Ejército, Necdet Ozel, se reunieron en un gabinete de crisis para discutir la situación. Asimismo, el canciller turco informó del ataque al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen; al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, y a su enviado especial para Siria, Lakhdar Brahimi. El hecho provocó una reunión de emergencia a pedido de Turquía de los embajadores permanentes ante la OTAN en Bruselas para debatir nuevamente en base al artículo 4. Desde Nueva York, el secretario general de las Naciones Unidas llamó ayer al gobierno de Damasco a respetar plenamente la integridad territorial de los países vecinos y a poner fin a la violencia contra la población. En una nota, Ban ratificó que la militarización del conflicto en Siria está llevando a “resultados trágicos” para los civiles del país y produciendo peligros crecientes para los países limítrofes.
En este contexto, y durante una reunión de urgencia en Bruselas para analizar la situación, la OTAN le exigió ayer a Siria el fin de agresiones a un aliado como Turquía. La escalada de tensión entre Damasco y Ankara también fue analizada en una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Los embajadores de los veintiocho países aliados aseguraron que las acciones sirias suponen un peligro claro y presente a la seguridad de un Estado miembro como Turquía. En tanto, el canciller turco, Ahmet Davutoglu, dijo en un comunicado haber recibido una llamada telefónica de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, en la cual le expresó pleno apoyo. Por su parte, Siria abrió una investigación sobre el origen del disparo de artillería transfronteriza que mató a cinco turcos, según anunció el ministro sirio de la Información, Omran Zoabi. “Las partes involucradas estudian en la actualidad el origen del disparo contra Turquía”, declaró el ministro sirio. El funcionario expresó que Siria presenta sus sinceras condolencias a las familias de las víctimas y al pueblo turco.
Si bien Ankara y Damasco eran aliados, Turquía se volvió uno de los países más críticos del gobierno desde el inicio de las revueltas en Siria, en marzo de 2011, acusando a Al Assad de reprimir y matar a su propia gente y pidiendo su renuncia. La revuelta causó al menos 25 mil muertes, mientras que otros 2,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y más de 250 mil se refugiaron en los países vecinos, de acuerdo con las cifras de Naciones Unidas. Más de 82 mil refugiados sirios llegaron a Turquía en los últimos meses, con un costo para el Estado turco de más 300 millones de dólares hasta septiembre, según cifras del gobierno de Ankara.
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