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La violencia en Medio Oriente parece desbocada. Palestinos armados mataron anoche a por lo menos seis israelíes en un ataque contra un punto de inspección del ejército en Cisjordania, llevando a 21 el número de muertos de ambos lados en sólo 24 horas. El ataque fue reivindicado por el Frente del Ejército Popular-Batallones del Regreso, organización afiliada al frente Al Fatah que dirige el presidente Yasser Arafat, y se esperaban duras represalias. Pero esto no fue todo, ya que también ayer los palestinos dispararon contra territorio israelí cuatro misiles del tipo Kassam-2, de 6 a 8 kilómetros de alcance, que pueden impactar en centros urbanos israelíes; los disparos –que cayeron en terrenos baldíos israelíes de la Franja de Gaza– fueron hechos por la organización fundamentalista Hamas, que de este modo desafió la advertencia del primer ministro israelí Ariel Sharon de que el empleo de estas armas implica cruzar una línea roja.
Fuentes de seguridad dijeron que los israelíes –que serían militares, según permite sospecharlo la censura que en principio envolvió los informes oficiales– fueron emboscados en Ein Ariq, al noroeste de la ciudad autónoma palestina de Ramalá. Además de los seis muertos, al menos otro israelí resultó herido en el ataque contra una caravana en el punto de inspección. También ayer, en el Valle del Jordán, en Cisjordania, un atacante suicida palestino trató de abordar un autobús civil israelí en las afueras del asentamiento de Mehola, pero el hombre sólo llegó al segundo escalón, cuando el conductor del autobús lo empujó y se alejó a toda velocidad. Según testigos dijeron que el palestino echó a correr y voló en pedazos en un campo, sin causar otras víctimas. “Parecía sospechoso porque tenía una chaqueta con la cremallera hasta el cuello -dijo el conductor Shalom Dray a la televisión israelí, notando el cálido clima que había en el área–. Gracias a Dios que salvé a las 50 personas que había en el autobús.”
Previamente, un helicóptero israelí disparó un misil contra una oficina del grupo islámico Hamas en el campo de refugiados de Jabalya, en la Franja de Gaza, causando la muerte de dos militantes e hiriendo a varios niños escolares. Ese ataque fue precedido por incursiones aéreas durante la noche en Gaza y Cisjordania lanzadas en respuesta a la muerte de cuatro israelíes en ataques palestinos. En total, 12 palestinos han muerto entre el lunes y el martes.
El recrudecimiento de la violencia ha puesto a Sharon bajo fuego tanto de la izquierda como de la derecha, tras un drástico incremento en el número de muertos israelíes. Al mismo tiempo, los persistentes ataques palestinos han resaltado la incapacidad del presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, quien se encuentra confinado en Ramalá por tanques israelíes, para reprimir a los militantes, dijeron analistas políticos.
Mahmoud al-Zahar, un dirigente político de Hamas en Gaza, prometió venganza por el ataque con misiles contra la oficina de su grupo. “La respuesta al asesinato de niños y civiles no puede ser el silencio –dijo al-Zahar–. El nuevo crimen nunca nos hará desistir de continuar combatiendo al enemigo hasta que lo expulsemos de nuestra tierra.”
El ataque con misiles fue lanzado durante un cambio de turno en una escuela cercana en Jabalya, lo que significa que muchos niños estaban entrando o saliendo de clases. Una niña de nueve años se encontraba en condición crítica y otros cinco niños resultaron gravemente heridos, dijeron fuentes de hospitales.