SOCIEDAD › EL HOMBRE DESCUARTIZADO EN PALERMO: LAS ACUSADAS SON DOS HIJAS
El restaurante chino del horror
Los detenidos por el crimen son dos hijas, su yerno y un empleado del local. La causa habría sido un tema familiar y comercial.
Por Carlos Rodríguez
Los vecinos, solos o en pequeños grupos, apoyan la nariz contra el vidrio y miran hacia adentro del local como si fueran a encontrar algún signo macabro del crimen entre las cincuenta mesas vacías, ordenadas, listas para recibir el menú del día. El restaurante chino New York, en Scalabrini Ortiz y Soler, barrio de Palermo, está cerrado luego de que la Policía Federal encontrara en la planta alta, donde funciona la cocina, en el lugar menos esperado, restos del cuerpo seccionado de un hombre de nacionalidad china llamado Wu Jim, de 50 años, uno de los propietarios del local. La sensación de horror se refleja en el rostro de los curiosos, sobre todo cuando comentan que tres de los cuatro detenidos son allegados al comerciante: dos hijas de Wu, de 18 y 20 años, y un yerno de la víctima, de 30 años. El cuarto sospechoso es un empleado de nacionalidad peruana que tiene 26 años. “Es terrorífico, espeluznante, no lo puedo creer”, le dijo a Página/12 una clienta que vive en el barrio y que, tal vez para tranquilizarse, jura que siempre prefirió la comida vegetariana.
“No puede ser, me están cargando. No puede ser”. El sorprendido era un joven de rasgos achinados, pero oriundo del norte argentino, que había trabajado un par de semanas en el New York y que esperaba retomar la relación laboral, como lavacopas, y a la vez cobrar un dinero que le debían. “Si, es cierto, las hijas de uno de los dueños atendían la caja, pero sigo sin poder entender nada”, dijo el jovencito morocho que llegó hasta la puerta del comercio montando una bicicleta similar a la de color verde que quedó encerrada dentro del local, apoyada sobre una de las mesas, como único detalle extraño en la sencilla decoración, propia de uno de los restaurantes más baratos y concurridos de la zona.
La primera parte de la historia comenzó a las 13 del lunes, cuando dos operarios del Gobierno porteño encontraron, en la laguna Los Coipos, en la Reserva Ecológica de la Costanera Sur, la cabeza, los brazos sin manos y las piernas de un nombre con notorios rasgos orientales. Dentro de la bolsa había ocho trozos de carne y huesos. Los cortes fueron realizados con elementos contundentes, sin la limpieza de un cirujano. También se encontró la parte superior de un pantalón oscuro y en un bolsillo un volante de propaganda del restaurante New York. Estaba la dirección, los precios, sólo faltó que escribieran los nombres de los asesinos.
“Yo iba a comer todos los días, hasta ayer (por el lunes) al mediodía, y a la tarde, cuando llegó la policía, la historia que me contaron, porque primero entraron a mi negocio, me pareció una película”, comentó a este diario el joven encargado de la gomería Neumáticos Dente, que comparte la medianera con el restaurante chino. Un taxista, testigo del operativo, confirmó que los restos humanos, entre ellos el tronco de la víctima, habían sido arrojados a un recipiente de la basura, en la planta alta, en el lugar donde está la cocina. Otras bolsas con la misma siniestra carga estaban ya en la planta baja, en un garage con salida a la calle Soler 4367. “Yo hablé con Jim después del almuerzo y me dijo que el negocio andaba mal y que iban a cerrar a fin de mes”, comentó el encargado de la gomería. La versión fue corroborada por la propietaria de una parrilla y cocina libre ubicada en la vereda de enfrente, sobre Scalabrini Ortiz.
Fuentes policiales consultadas por este diario aseguraron que el crimen “está prácticamente resuelto y los autores detenidos, aunque faltan determinar las causas, que serían comerciales y familiares, y establecer con precisión qué grado de participación tuvo cada uno de los imputados”. La muerte se habría producido por un golpe muy fuerte en la cabeza, con una maza u otro elemento similar. Al principio se pensó que se trataba de un crimen de la llamada “mafia china”, impresión favorecida por un extraño mensaje escrito en ese idioma que apareció junto con el trozo de pantalón. Pero el hallazgo, en los bolsillos, de la dirección del New York y de otro restaurante propiedad de Wu ubicado en Lomas de Zamora, dejó al descubierto lo que la policía y la Justicia consideran que revelan laverdad de lo ocurrido. La muerte se había producido a las 0,30 del domingo, lo que indicaría que el restaurante permaneció abierto un día y medio, después del crimen y con el cuerpo en la cocina.
La policía secuestró un vehículo en el que se había trasladado la bolsa que fue arrojada en la Costanera, varias armas de fuego y un “elemento contundente” que habría sido el utilizado para matar al comerciante chino. “Clausurado por Homicidio”, dicen las fajas judiciales que cierran la puerta principal y el portón lateral del restaurante. Un mensaje de los dueños que siguen vivos, que intenta en vano tranquilizar a los clientes, está pegado en una de las vidrieras: “Estamos cerrado (sic). Muchas gracias”. El ex empleado que venía a cobrar confirmó que “uno de los dueños” (son tres), que no sería Wu, solía quedarse a dormir en la planta alta, en una habitación donde había varias camas, cerca de la cocina. Desde la vereda, lo único visible de la planta alta son las flores, de plástico, que cubren los ventanales, en toda la esquina.
El negocio estaba abierto desde setiembre de 2000 y trabajaban entre diez y quince personas. Hoy los cuatro detenidos serán indagados por la jueza Silvia Ramond. Los voceros policiales aclararon que todavía faltan encontrar “un pie y las manos de Wu, pero el cuerpo está identificado y el crimen virtualmente cerrado, por los errores que cometieron sus autores”. El único rompecabezas fue el propio cuerpo de la víctima.