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El gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC comenzaron ayer en La Habana la reunión técnica sobre los preparativos para las conversaciones de paz previstas a partir del 15 de noviembre en Cuba, sede permanente del proceso. Apenas trascendieron algunos detalles del encuentro preparatorio marcado por la discreción y que servirá para ultimar los aspectos logísticos del diálogo con el que se intentará poner fin al conflicto armado que padece Colombia desde hace medio siglo.

Una fuente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) confirmó que la reunión tuvo lugar a puertas cerradas y que podría extenderse otra jornada. La cita se celebra para “estudiar cuestiones de mecánica, para arreglar las cosas, el sitio donde va a funcionar”, explicó hace un par de días el guerrillero Rodrigo Granda, conocido como el “canciller” del grupo rebelde.

Las FARC divulgaron en las últimas horas un nuevo comunicado denominado “Reflexiones sobre la agenda de La Habana IV”, donde hace un llamamiento al gobierno de Juan Manuel Santos para que permita la participación popular en el proceso de paz. “Aprovechamos esta reflexión para solicitar al gobierno se sirva explicar sin más demora los procedimientos, mecanismos, metodologías, dinámicas que posibilitará que las expresiones diversas de la sociedad puedan desenvolver el proceso de diálogo por la paz en Colombia”, señalan en una nota publicada por la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), una web afín a la guerrilla.

El próximo 15 de noviembre, el gobierno de Colombia y la guerrilla abrirán en La Habana el diálogo de fondo para intentar la paz a partir de la agenda marcada en el “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”.

Ese documento fue suscrito por ambas partes a finales de agosto en La Habana tras seis meses de conversaciones secretas en Cuba. El primer punto de esa “hoja de ruta” es el problema de la tierra que, según las FARC, debe ser el punto de arranque de la negociación. El resto de temas que se abordarán en las conversaciones formales son el abandono de las armas por parte del grupo rebelde, la entrada de los guerrilleros desmovilizados en la vida política, la solución de la problemática del narcotráfico y la reparación a las víctimas del conflicto.

Para este proceso de paz las partes acordaron que cada equipo negociador plenipotenciario cuente con cinco miembros en la mesa de diálogo, pero podrán extenderse hasta a 30 personas, que pueden participar en las discusiones en un momento determinado.

El ex vicepresidente colombiano Humberto de la Calle encabeza el equipo negociador del gobierno de Santos, mientras Luciano Marín, alias Iván Márquez, hace lo propio con el de las FARC. Casi todos los delegados propuestos por la guerrilla se encuentran ya en La Habana, incluida la guerrillera holandesa Tanja Nijmeijer, quien llegó ayer a la capital cubana. A mediados de octubre pasado, el jefe máximo de las FARC, alias Timochenko, cuyo verdadero nombre es Rodrigo León Londoño, confirmó a Nijmeijer, de 34 años, como parte del equipo que negociará la paz, aunque no especificó la función que tendrá en los diálogos. Con su llegada a La Habana, “el equipo de las FARC está casi completo, porque nos falta Simón Trinidad”, dijo Rodrigo Granda en referencia al rebelde Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, quien se encuentra preso en Estados Unidos desde 2004, cuando fue extraditado.

Los gobiernos de Cuba y Noruega ejercen como garantes del diálogo de paz colombiano mientras que los de Chile y Venezuela tienen el papel de acompañantes. El pasado 18 de octubre quedó instalada en Oslo (Noruega) la mesa de diálogo entre el gobierno y las FARC.