Los testimonios de un delegado de la Unión Ferroviaria en los talleres de Remedios de Escalada y de otros cuatro empleados del ferrocarril, en su mayoría boleteros y picaboletos, sumaron poca información acerca del asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, sucedido el 20 de octubre de 2010, durante la desconcentración de una marcha de empleados tercerizados de la ex línea de trenes Roca y de las graves heridas a otros tres militantes. El objetivo de su presencia ante el Tribunal Oral en lo Criminal Número 21 fue, al parecer, mencionar cuán violentos se ponen los usuarios cuando existen interrupciones por “cortes de vías” y señalar a los “grupos políticos” como los responsables de esas interrupciones.

Las habituales desestimaciones de testigos, realizadas al inicio de la jornada, dejaron un banquete de testimonios prefabricados a medida de la estrategia de las defensas. Las cinco personas que declararon ayer fueron sumadas durante el debate y no durante la instrucción por las defensas de Pablo Díaz y Daniel González, aunque finalmente fueron sólo sostenidos por los letrados del último.

Los abogados de Díaz decidieron desistir de todos los testigos luego de la declaración del delegado de la lista “verde”, que lidera el dirigente sindical detenido José Pedraza, Miguel Toretta. El hombre fue uno de los delegados que participó del “acto de presencia” que los ferroviarios hicieron en la estación Avellaneda: “Ibamos porque los partidos políticos querían cortar las vías y nosotros los ferroviarios queríamos demostrar que no cortamos las vías”, explicó. Después sólo aportó: “No me acuerdo”.