EL MUNDO › EL PRESIDENTE EGIPCIO JURAMENTó A DIEZ NUEVOS MINISTROS

Un gabinete para enfrentar la crisis

El presidente egipcio Mohamed Mursi tendrá un nuevo gabinete para enfrentar la grave crisis económica. Lo anunció un día antes de retomar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, organismo del que espera conseguir un préstamo crucial para el país pero que podría acarrear reformas drásticas. Diez nuevos ministros, casi un tercio del gobierno que seguirá dirigiendo el primer ministro Hicham Qandil, juraron el cargo a media mañana de ayer ante el jefe del Estado. Al Mursi Al Sayed Hegazy, un universitario especialista en finanza islámica, cercano a los Hermanos Musulmanes, la organización a la que pertenece Mursi, sustituirá al ministro de Finanzas, Momtaz Al Said, el hombre clave en las negociaciones con el FMI.

En los últimos días, Al Said fue muy criticado por los responsables de los Hermanos Musulmanes, que le reprochan su cercanía a los ex dirigentes militares que estuvieron en el poder durante casi año y medio tras la caída en febrero de 2011 de Hosni Mubarak. El Ministerio del Interior queda en manos del general de policía Mohamed Ibrahim, que hasta ahora era uno de los adjuntos del ministro saliente en la materia, Ahmed Gamaledin. Según varios periódicos locales, la sustitución de Gamaledin es la consecuencia de su falta de mano dura en las manifestaciones de diciembre contra el referéndum sobre una nueva Constitución, donde varios locales de los Hermanos Musulmanes fueron atacados.

En total, ocho ministerios técnicos, casi todos vinculados con la economía, cambiaron también de titular: Transportes, Electricidad, Desarrollo Regional, Aviación Civil, Medio Ambiente, Suministro, Comunicaciones y Relaciones Parlamentarias. Mursi anunció esta remodelación del gobierno el 26 de diciembre, después de adoptar la nueva Carta Magna, y explicó que quería un gobierno más preparado para campear el rebote de la crisis que atraviesa Egipto.

Desde hace dos años esa economía tiene un déficit en aumento, combinado con la caída de la moneda nacional, la libra egipcia, la bajada del turismo y el hundimiento de las inversiones extranjeras. Al mismo tiempo, el Banco Central vio descender sus reservas de 36.000 a 15.000 millones de dólares, un nivel que la institución calificó la semana pasada de crítico. Desde entonces, las autoridades aplican medidas para limitar la salida de divisas del país. El nuevo ministro de Finanzas tendrá ahora que retomar cuanto antes las negociaciones con el FMI para conseguir un préstamo de 4800 millones de dólares, preacordado en noviembre pero luego suspendido por las tensiones políticas en Egipto. El Cairo quiere retomar rápidamente las negociaciones y el organismo dirigido por Christine Lagarde anunció la visita al país prevista para hoy de su responsable para Medio Oriente, Masood Ahmed, para hablar de las dificultades económicas de Egipto y de un posible apoyo, según un comunicado de la institución.

El préstamo del FMI es considerado decisivo para recuperar la confianza en la economía egipcia, conseguir nuevos apoyos internacionales y ayudar al país a sanear sus cuentas. Sin embargo, el gobierno es prudente ante la perspectiva de que el FMI imponga reformas drásticas e impopulares a cambio del préstamo, en particular un posible recorte de las costosas subvenciones del Estado a los carburantes y a los alimentos básicos.

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Mursi, presidente egipcio.
Imagen: efe
 
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