El Parlamento egipcio aprobó el proyecto de ley presentado por el gobierno por el que se autoriza al ejército a detener a civiles, informó la agencia estatal de noticias Mena. Presidida por Ahmad Fahmi, la Cámara alta dio luz verde para que las fuerzas armadas puedan detener a civiles y presentarlos ante la Justicia para preservar la seguridad y proteger las instituciones vitales del Estado. El presidente del Comité de Asuntos Arabes de esa cámara, Maguid al Helu, explicó que la medida está motivada por la ola de violencia desatada en Egipto desde el viernes pasado.

Además de su labor de defensa del país, el ejército se encargará, junto con la policía, de la seguridad de Egipto hasta que terminen las elecciones legislativas, previstas para los próximos meses, cada vez que el presidente lo solicite. Según la nueva ley, que entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el diario oficial, las fuerzas armadas pueden arrestar a civiles y remitir las denuncias a la Fiscalía para que sean juzgados por tribunales civiles.

La agencia estatal informó que efectivos del ejército egipcio reforzaron la presencia de tropas en las instituciones e infraestructuras vitales de las ciudades de Suez y Port Said, en la zona del canal de Suez, donde ya se habían desplegado el pasado sábado. En la actualidad, la Cámara alta del Parlamento ejerce todo el poder legislativo desde la aprobación en diciembre de la nueva Constitución y después de que estuviera en manos del presidente tras la disolución de la Cámara baja por un fallo en junio de la Corte Constitucional, que consideró ilegal su composición.

Desde el viernes, varias provincias egipcias son escenario de disturbios, que causaron decenas de muertos y centenares de heridos, desencadenados con motivo de la conmemoración, el 25 de enero, del segundo aniversario del inicio de la revolución que derrocó al régimen del presidente Hosni Mubarak. Tres personas heridas en los choques entre manifestantes y la policía egipcia registrados en los últimos días en Port Said murieron ayer, con lo que se eleva a 40 la cifra de fallecidos en esa ciudad, informó la agencia Mena. Además, seis agentes de seguridad y siete soldados resultaron heridos por los enfrentamientos en los alrededores del puente de Qasr al Nil, cerca de la plaza cairota Tahrir. En la mañana de ayer, en el centro de El Cairo una persona murió por las heridas sufridas durante los choques entre manifestantes y uniformados en la plaza Tahrir y sus inmediaciones. Se trata de la primera víctima en la capital egipcia desde el inicio de los disturbios el viernes pasado. El mandatario ordenó anteayer el toque de queda y el estado de emergencia en Port Said, Suez e Ismailiya, para intentar frenar la violencia.

En tanto, la principal coalición opositora egipcia rechazó el llamado del presidente Mursi al diálogo para solucionar la nueva crisis que atraviesa el país. Y exhortó a la población a manifestarse en todo el país el próximo viernes. El Frente de Salvación Nacional (FSN) anunció ayer que no se prestaría a la convocatoria lanzada por Mursi. “No participaremos en un diálogo sin sentido”, afirmó en una conferencia de prensa Mohamed El Baradei, principal dirigente del FSN, formado por varios movimientos y partidos liberales y de izquierda. “En el FSN estamos totalmente de acuerdo. Hay que solucionar la raíz del problema, no sólo los síntomas”, dijo El Baradei. El FSN exige que Mursi asuma la responsabilidad de la violencia de los últimos días y reclama la formación de un gobierno de unidad nacional, indicó por su lado Hamdeen Sabbahi, dirigente del FSN, y tercer candidato más votado de la elección presidencial del año pasado.

En un comunicado, el FSN llamó al pueblo “a salir a todas las plazas Tahrir el próximo 1º de febrero para realizar los objetivos de la revolución” y protestar contra la muerte de decenas de egipcios en los enfrentamientos de los últimos días.