EL MUNDO › EXPLICACION BRITANICA SOBRE LAS ARMAS DE IRAK
Otras mentiras verdaderas
Por Marcelo Justo
La guerra de Irak no se acaba para Tony Blair, quien ayer tuvo un día negro a dos puntas. En una intervención parlamentaria debió enfrentar a una Cámara de los Comunes cada vez más sombría y escéptica con las explicaciones sobre los incidentes de anteayer que dejaron un saldo de seis soldados muertos y ocho heridos. En otra oficina de la Cámara, que aloja a los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores, su jefe de prensa Alistair Campbell fue sometido a un bombardeo de preguntas sobre su presunta distorsión de los dos dossiers que el gobierno presentó a la Cámara de los Comunes y a la opinión pública británica para persuadirlos sobre la necesidad de iniciar una guerra contra Irak.
La muerte de los seis soldados y la emboscada en que otros ocho miembros de las fuerzas armadas británicas fueron heridos el martes en Al Amarah, un pueblo a unos 100 kilómetros de Basora, puso sobre el tapete los problemas de seguridad que existen en un Irak cada vez más caótico y violento. En la Cámara de los Comunes, el primer ministro rindió tributo a los soldados muertos que habían hecho “un trabajo extraordinario y heroico para suministrar una vida decente a los iraquíes”, pero se vio obligado a reconocer que la tensión existente entre las tropas británicas y la población local había provocado los enfrentamientos. “Las fuerzas británicas intentaron garantizar el desarme de los que portaban ametralladoras y armas cortas”, dio Blair a modo de explicación.
Mientras el gobierno intentaba aplacar a una opinión pública conmocionada por el hecho, en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de los Comunes, que investiga si el gobierno distorsionó la información que tenía sobre Irak, Alistair Campbell, el estratega de comunicación de Tony Blair, lamentaba el fiasco del llamado dossier dudoso. Campbell admitió que el texto presentado en febrero y que contenía una copia, punto por punto, hasta en sus errores ortográficos, de una tesis de posgrado de 1991 de un universitario estadounidense, era “un error”, pero se defendió diciendo que había ocurrido en medio de un esfuerzo titánico por presentar decenas de documentos a la prensa de todo el mundo las 24 horas del día.
El jefe de prensa de Blair defendió vigorosamente el segundo dossier, presentado en septiembre, que contiene la polémica aseveración de que Irak podría realizar un ataque con armas de destrucción masiva con sólo 45 minutos de antelación. “Es completamente falso que yo haya buscado exagerar lo que decían nuestros servicios de inteligencia. Cada cosa que dice ese dossier está aprobada por el Comité de Inteligencia Conjunto”, dijo Campbell. Sin embargo, las dudas persisten. En ninguno de los informes de inteligencia de Estados Unidos figuraba esa exactitud temporal tan precisa: 45 minutos exactamente. El problema para Blair es que Campbell está fuertemente asociado a su figura y los interrogantes sobre lo que hizo o dejó de hacer con los informes que le pasaron los Servicios de Inteligencia podrían conducir a lo que sabía o dejaba de saber el primer ministro sobre las maniobras de su jefe de prensa.