EL PAíS › INVESTIGARAN SI DESTRUYERON LOS ARCHIVOS NAZIS
Un decreto que se tomó su tiempo
Por Sergio Kiernan
El Ministerio del Interior decretó que la Dirección Nacional de Migraciones remita de inmediato información sobre la presunta destrucción de archivos de la llegada de criminales de guerra nazi en la posguerra. La resolución firmada ayer por el ministro Gustavo Beliz también ordena al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo que investigue si se realizó la destrucción de esos archivos. Según Beliz, estas órdenes son en respuesta al pedido que el Centro Simon Wiesenthal realizó en diciembre a su antecesor y que fue perfectamente ignorado.
La historia detrás de esta orden comienza con la publicación a fin de año del libro La verdadera Odessa: la fuga nazi a la Argentina de Perón, del periodista Uki Goñi. La obra reconstruye con gran rigor y en detalle la creación, a partir de 1947, de una red de agentes argentinos en seis países europeos destinada a rescatar criminales de guerra o militantes nazis de Bélgica, Italia, Francia, Holanda, Alemania, Rumania y Croacia. Los nazis, ustashas, rexistas y fascistas fueron provistos de pasajes, documentos de viaje y fondos, y al llegar a la Argentina se encontraron con visas de residencia y empleos. Así llegaron al país figuras como Adolf Eichmann y Erich Priebke.
Con el libro en la mano, el Centro Wiesenthal pidió informes sobre documentos que Goñi cita o, más importante aún, que no pudo ver pero comprobó que existen o existieron. El pedido fue realizado a la Cancillería, la Conferencia Episcopal, el Ministerio del Interior y la SIDE. Todas estas entidades ignoraron el pedido o contestaron con evasivas. El tema fue reportado por Página/12, en marzo motivó una extensa nota en The New York Times y es motivo de debate en el Congreso de Estados Unidos, que se apresta a aprobar una declaración impulsada por el diputado Maurice Hinche.
Goñi nunca pudo encontrar los legajos en sí: habían desaparecido. Un empleado de Migraciones, exasperado, le dijo un día: “¿Qué quiere que haga? ¿Que le admitamos que nos ordenaron quemarlos en 1996? Nunca lo admitiremos”.