Martes, 11 de junio de 2013 | Hoy
EL MUNDO › LA TRASTIENDA DEL ESCáNDALO QUE COMPLICA A OBAMA
La práctica del gobierno de Estados Unidos de usar empresas privadas para hacer inteligencia aumentó después de los ataques de 2001. El gobierno contrata a miles de personas como el topo Edward Snowden. El joven huyó a Hong Kong.
Por Kim Sengupta *
Las revelaciones del espionaje de datos privados y comunicaciones a gran escala por la administración Obama ha echado un poco de luz en los difundidos y lucrativos vínculos entre las agencias de inteligencia, la industria y el mundo académico. El Pentágono hace tiempo que financia la investigación de la nueva tecnología, al punto que se dice que Silicon Valley no se hubiera desarrollado sin este caudal de dinero. La CIA formó su propia empresa privada sin fines de lucro, In-Q-Tel, en 1999, especializándose en adelantar el desarrollo de tecnología para reunir y analizar la información, que continúa apoyando a casi 60 empresas hasta el día de hoy.
La práctica del gobierno de Estados Unidos de usar empresas aumentó después de los ataques del 11 de septiembre, con miles como el denunciante Edward Snowden reclutados para la guerra contra el terrorismo de George W. Bush. Snowden, de 29 años, huyó a Hong Kong (ver aparte) y un influyente legislador en Washington pidió ayer que “sea extraditado y condenado”, en medio de un escándalo que complica más al gobierno demócrata.
La Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) en Washington estimaba recientemente que casi una de cada cuatro personas que trabajan en el campo de espionaje recibían su paga de empresas privadas y no menos del 70 por ciento del presupuesto de inteligencia iba a empresas como la del empleador de Snowden, Booz Allen Hamilton. Un documento de ODNI establecía que la filosofía se ha vuelto así: “No podemos espiar si no podemos comprar”.
Para 2010 unas 1930 empresas privadas trabajaban en programas relacionados con el contraterrorismo, la seguridad interior e inteligencia en más de 10.000 lugares en el país. El primer trabajo de Snowden relacionado con la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) fue en la Universidad de Maryland, donde trabajó como guardia de seguridad en un complejo dirigido por la agencia.
Las instituciones académicas son laboratorios naturales para desarrollar tecnología en el mundo desarrollado. En Gran Bretaña, GCHQ, el centro de comunicaciones de inteligencia del gobierno, está financiando la investigación de las amenazas cibernéticas en Oxford, Bristol, Queens University Belfast, Southampton y Imperial, University College y Royal Hollowar en Londres. Estos centros de excelencia, dice GCHQ, ayudarán al conocimiento cibernético del Reino Unido a través de la investigación original: proveer graduados de alto nivel para el campo, apoyar la misión de defensa cibernética de GCHQ y elevar el nivel de innovación.
La sed de información es aparentemente insaciable entre algunos de la comunidad de inteligencia. Ira Hunt, la funcionaria jefa de tecnología de la CIA, dijo en una conferencia de prensa en Nueva York hace tres meses: “Más es siempre mejor. Como no se pueden conectar los cabos sueltos, fundamentalmente tratamos de reunir todo y aferrarnos a ellos para siempre. Está realmente casi dentro de nuestro poder el ser capaces de computar toda la información generada por los humanos”.
Snowden fue uno de los que fue contratado para conectar los cabos sueltos. Trabajan codo a codo con empleados públicos como analistas, especialistas en apoyo técnico y gerentes de misión, a menudo con acceso a material secreto y secreto de Estado.
Stewart Baker, un ex asistente en el Departamento de Seguridad Interna, dijo que el affaire Snowden podría conducir a ciertos cambios. “No tengo duda de que va a producir muchos exámenes de conciencia sobre cuántos contratistas tiene la comunidad de inteligencia y a qué tienen acceso y cuánta investigación se hace sobre los empleados”, dijo. Pero las relaciones con la compleja seguridad industrial pueden ser enredadas y quizás sea conveniente cambiarlas.
Los clientes de Booz Allen Hamilton incluyen a la NSA, la CIA y ODNI. Su vicepresidente ejecutivo y jefe de la seguridad nacional, Mike McConnell, es un ex director de NSA.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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