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Estados Unidos anunció ayer que dará apoyo militar a la oposición en Siria, luego de asegurar que el gobierno del presidente Bashar Al Assad usó armas químicas contra los rebeldes. El anuncio llegó días después de que Francia y el Reino Unido acusaran al régimen de Damasco de utilizar gas sarín, y después de que el propio gobierno sirio pidiera a la ONU que investigara si en su país los rebeldes estaban atacando con armas no convencionales.

“Tras una revisión, nuestra comunidad de inteligencia evaluó que el régimen de Assad ha usado armas químicas, incluido el agente nervioso sarín a pequeña escala, contra la oposición en múltiples ocasiones el año pasado”, anunció el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes. Al menos entre 100 y 150 personas en Siria murieron a causa de ataques con armas químicas detectados hasta la fecha, agregó Rhodes, que estimó, además, que se cree que esta cifra aumentará.

El funcionario norteamericano dijo que al hacerlo, el gobierno sirio cruzó líneas rojas que han existido en la comunidad internacional durante décadas. “Obama dijo que el uso de armas químicas cambiaría su cálculo (sobre cómo responder a Siria), y eso sucedió”, subrayó. Según adelantó el consejero, el mandatario demócrata pretende consultar este asunto con aliados de la región y con sus socios internacionales durante la cumbre del G-8 que se celebrará la semana próxima en Irlanda del Norte.

No obstante, la Casa Blanca descartó de plano una posible intervención sobre el terreno. Respecto de la petición de algunos congresistas de que Estados Unidos imponga una zona de exclusión aérea en Siria, al igual que ocurrió en Libia, hasta lograr la caída de Muammar Kaddafi, indicó que todavía no se ha tomado una decisión al respecto, pero indicó que en el caso sirio, este tipo de operación sería mucho más complejo que en el conflicto libio. La postura de Estados Unidos, agregó el funcionario, sigue siendo que lo mejor es fortalecer a la oposición, de manera que, por un lado, se pueda poner fin al gobierno de Al Assad y, por otro, agilizar la transición política en Siria.