Los dinosaurios trasandinos siguen haciendo de las suyas al otro lado de la cordillera. Esta vez, la derecha chilena llevó adelante un boicot durante una votación en la que se iba a aprobar el cambio de nombre de la famosa avenida 11 de Septiembre, una concurrida arteria de la capital que fue bautizada con esa denominación en plena dictadura militar para conmemorar la fecha del sangriento golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet en el que se derrocó al presidente Salvador Allende. Los cuatro concejales de Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI), del municipio santiaguino de Providencia, faltaron a la sesión del concejo municipal en la que se iba a votar el cambio de nombre, que contaba con el apoyo de otros cuatro ediles y de la alcaldesa Josefa Errázuriz.

De esta forma, el faltazo de los concejales impidió que se consiguiera el quórum necesario para que se votara la iniciativa, por lo que la alcaldesa Errázuriz decidió convocar de nuevo al concejo para el martes de la próxima semana. Errázuriz planteó, en su momento, que la avenida 11 de Septiembre recuperara su nombre original, el de Nueva Providencia, que tuvo hasta 1980, cuando recibió el nombre actual por decreto y en honor al 11 de septiembre de 1973, fecha del golpe que derrocó el gobierno de Allende. La alcaldesa criticó la ausencia de los concejales de RN y la UDI, y los emplazó a dar una explicación por lo sucedido y advirtió que no se dejará amedrentar por nada.

“Queremos el cambio de una fecha que, sin duda, divide al país. Hoy día ellos, al no presentarse, están llamando a la división, a no mirar al futuro”, dijo a los periodistas, según el diario La Tercera. Errázuriz llegó a la alcaldía de Providencia apoyada por los movimientos sociales en las elecciones municipales de octubre del año pasado, al derrotar al coronel retirado Cristián Labbé, que fue jefe de escoltas de Pinochet y buscaba su quinto período al frente del municipio.

Asimismo, la alcaldesa recordó que el cambio de nombre de la avenida era uno de los puntos de su programa electoral. “A nadie puede causar sorpresa que esta alcaldesa haga esta propuesta”, manifestó Errázuriz, quien dijo que la iniciativa no representa un momento de revancha, sino un gesto de memoria. Los concejales de Providencia de los partidos de la opositora Concertación y del Partido Progresista (PRO) destacaron también la importancia de que la modificación se realice antes de la conmemoración de los 40 años del golpe, que se llevará a cabo el próximo 11 de septiembre.

Por otra parte, la concejal Pilar Cruz, de Renovación Nacional, señaló ayer que el cambio de nombre de la avenida debe contar con la aprobación de los vecinos para que la decisión logre cierto consenso. “Queremos hacer las cosas bien y escuchar la opinión de los vecinos afectados. Sobre eso tomaremos nuestra decisión”, advirtió la concejala de RN, el partido al que pertenece el presidente Sebastián Piñera. La avenida 11 de Septiembre es, junto a la avenida Providencia, la principal arteria del barrio homónimo, un sector comercial y residencial de clase media alta situado al nordeste de Santiago. A lo largo de Chile, sin embargo, existen otras cinco avenidas, veintitrés calles y tres pasajes que también llevan el nombre que recuerda el golpe militar, según un estudio que publicó recientemente La Tercera.

Por otra parte, la Corte de Apelaciones de Santiago decidió dictar el cierre definitivo de la investigación sobre las causas del fallecimiento de Allende, el 11 de septiembre de 1973, que confirmó que se suicidó. Fuentes judiciales informaron que la segunda sala del tribunal capitalino confirmó anteayer la resolución que emitió esa misma corte en septiembre del año pasado y que fue apelada.

El 29 de diciembre de 2011, el juez Mario Carroza, a cargo de la investigación, decretó el cierre del caso tras llegar a la conclusión de que el presidente se suicidó durante el golpe de Pinochet, quien ordenó el bombardeo del Palacio de La Moneda. Esa investigación se enmarcó en la presentación en 2011, por parte de la fiscalía, de 726 querellas por casos de violaciones de los derechos humanos, crímenes que nunca antes habían sido investigadas por la Justicia.

En mayo de 2011, se procedió a exhumar los restos de Allende, sepultados en el Cementerio General de Santiago. Tras diversos análisis, un equipo multidisciplinario de peritos concluyó dos meses después que la causa de su muerte se debió a una “lesión perforante de la cabeza por proyectil de arma de fuego de alta velocidad a contacto”, lo que en medicina legal puede ser atribuible al suicidio. El cuerpo de Allende volvió a recibir sepultura en una ceremonia privada celebrada en el mismo camposanto el 9 de septiembre de 2011.