EL MUNDO
Las puertas se abren en las cárceles de Israel
El gobierno de Ariel Sharon aprobó la liberación de 350 prisioneros palestinos que no hayan asesinado a israelíes y no pertenezcan a los grupos armados palestinos Hamas o Jihad, que le reclaman la liberación de miles de presos.
Israel aprobó ayer la liberación de 350 presos palestinos, una de los puntos del plan de paz conocido como Hoja de Ruta. Pero para el grupo radical palestino Hamas, la medida es “insuficiente”, aunque consideró que se trata de “un primer paso”. Por su parte, la Jihad Islámica lo describió como una “maniobra sionista”. Este grupo exige que para mantener la tregua de alto al fuego temporario con Israel –anunciada hace una semana por Hamas, Jihad y Al Fatah– hay que liberar a “todos” los detenidos palestinos, unos 6000 según cifras oficiales. Mientras, el ministro palestino de Seguridad, Mohamad Dahlan, le pidió a su par israelí Shaúl Mofaz que acelere la liberación de presos. Mofaz le contestó que “todo depende de la manera en que la Autoridad Palestina (AP) luche contra el terrorismo”. Pero dijo que está dispuesto a ceder a la AP el control de nuevas ciudades ocupadas por Israel.
El gobierno israelí decidió liberar a 350 palestinos después de un largo debate y dos votaciones. En la primera votación, la propuesta del primer ministro Ariel Sharon de excarcelar a los palestinos no logró la mayoría. Cuando se agregó la frase “con la condición de que los palestinos respeten los acuerdos”, el premier se salió con la suya. Su gabinete creará una comisión que decidirá qué presos y cuándo serán excarcelados, siempre y cuando tengan el visto bueno del Shin Bet, el servicio de seguridad interna israelí. Este preparó una lista de 350 detenidos palestinos, de los cuales 250 están bajo detención administrativa. O sea que no fueron juzgados por un tribunal militar, por lo que su liberación no se considera peligrosa para la seguridad de Israel. Desde que la semana pasada comenzó el alto el fuego de las facciones palestinas contra blancos israelíes, Tel Aviv liberó a 53 palestinos. Y puso una serie de condiciones para seguir excarcelando gente: no liberará a los que hayan matado a israelíes, los que hayan ordenado ataques contra ese país, los que representen una “amenaza inmediata” para la seguridad del Estado y quienes pertenezcan a organizaciones radicales como Hamas y Jihad.
Pero estas facciones no recibieron con buenos ojos el anuncio israelí. “Exigimos la liberación de todos los detenidos y en particular de los de Hamas. Y no estamos dispuestos a aceptar discriminación contra los detenidos”, declaró ayer el dirigente de Hamas, Ismael Haniyeh. Además, reiteró que una de las condiciones para mantener la tregua declarada por Hamas es la liberación de “todos los detenidos”. Para la Jihad las autoridades israelíes están poniendo “en juego las esperanzas de las familias” palestinas. En la ciudad de Gaza, miles de personas desfilaron ayer por las calles con fotos de sus parientes presos y reclamaron que “no habrá paz sin la liberación de todos los detenidos”.
Mientras, el ministro Dahlan se reunió en Jerusalén con Mofaz para pedirle que acelere la liberación de prisioneros. “Todo depende de la manera en que la AP luche contra el terrorismo”, dijo el funcionario israelí. Más tarde, éste afirmó que en la reunión se discutió cómo armonizar las expectativas de cada parte en el proceso de paz y dijo que Israel insistirá con que los palestinos respeten los compromisos que asumieron en la Hoja de Ruta. También declaró que Israel quiere aliviar las condiciones de vida de los palestinos que viven en los territorios ocupados. Y que está dispuesto a ceder a la AP el control de otras ciudades. De hecho, Mofaz dijo que desde que la AP se comprometió a prevenir el terrorismo en ciertas áreas, “hubo una caída en los informes sobre posibles atentados y en la propaganda subversiva contra Israel”.