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GEORGE W., EL “ADMINISTRADOR”

Las malas noticias sobre la economía estadounidense continuaron esta semana, cuando se dio a conocer que el índice de desempleo alcanzó en junio el 6,4 por ciento, el nivel mayor en nueve años. La semana anterior la Reserva Federal redujo las tasas de interés a 1 por ciento, el nivel más bajo en 50 años. El estado de California, “termómetro” de la situación económica estadounidense, está al borde de la bancarrota.

Newsweek

La esperanza de un crecimiento de la economía global fracasó tras la guerra en Irak. La amenaza de deflación se mantiene a distancia, pero Estados Unidos tiene un marcado interés en trabajar con “la coalición de los países dispuestos” –expresión utilizada antes de lanzar la guerra– a combatir la deflación y reactivar la economía –incluso si eso implica dejar a un lado las divisiones sobre Irak–. La amenaza crea un sentido de urgencia para Europa y Estados Unidos. En la mayoría de las naciones industrializadas el desempleo está creciendo y la inversión está inactiva. Todos confrontan el legado de la burbuja de los noventa: exceso de capacidad manufacturera, alto consumo y deuda corporativa.
(Robert Hormats)

The Economist

El presupuesto en California está en rojo. California es un caso extremo de algo que está pasando en todo Estados Unidos. Como la crisis de presupuesto se ha puesto de manifiesto, los parlamentarios han sido incapaces de decidir algo importante, porque California requiere de cooperación bipartidaria cuando eso ya no existe. Es uno de los dos estados que precisa de una mayoría de dos tercios en ambas cámaras para pasar un presupuesto. En un lugar tan amplio como California no se puede conseguir la súper mayoría de dos tercios para ninguna propuesta. El problema real es que los políticos se divorciaron del cambio natural del Estado.
(Editorial)

The Nation

El otro día una mujer me pidió que firmara un petitorio de renuncia del gobernador de California, Gray Davis. Pregunté por qué. Porque él quebró el estado, dijo ella. Cuando le pedí que diferenciara que era la administración Bush y sus compañías corruptas como Enron las que habían afectado a la economía del Estado, la mujer dijo que a ella le pagaban por el número de firmas que obtenía y que no le importaba el asunto. Pero al electorado debería importarle, porque Davis está siendo usado como un fracasado por problemas que están más allá de él. Es falso que los republicanos de California ahora acusen a Davis en lugar de a su hombre Bush por los problemas económicos del Estado.
(Robert Scheer)


GEORGE W., EL “PACIFICADOR”

En Irak las tropas estadounidenses y británicas están preocupadas por las bajas diarias que sufren debido a ataques de supuestos fieles de Saddam. Bush ha dicho y repetido que no hay nerviosismo ni temor de parte de EE.UU., pero es claro que lo rápido que fue la caída de Saddam no tuvo su correlato en la “pacificación” del país. Esta semana se difundió un mensaje sonoro supuestamente de Saddam, quien estaría vivo y en Irak.

The New York Times

Desde que el presidente Bush anunció el fin de la campaña militar en Irak, al menos 21 soldados norteamericanos han muerto y seis militares británicos han muerto recientemente. Imponer un marco legal en ese país es tan esencial como la reconstrucción política y económica. Incluso esas tareas pueden fracasar si la administración Bush no aporta justicia con las víctimas iraquíes del terrorismo de Saddam Hussein. Muchos de los que fueron victimizados –los kurdos en el norte, los chiítas opositores al régimen Baas– representan las mayores facciones políticas y religiosas de Irak. Si sus protestas no son escuchadas, aumentará la frustración en la sociedad iraquí.
(Stuart E. Eizenstat)

Washington Post

“¿Cuándo vuelven a casa?” La pregunta era en obvia alusión a las tropas estadounidenses en Irak. No provino de un activista pacifista, sino del senador de Virginia occidental, Robert Byrd. Su pregunta ha estado en las mentes y labios de más y más estadounidenses. ¿Por qué no? Las imágenes diarias de supuestos atacantes que defienden Irak no son exactamente lo que la mayoría de los norteamericanos tenía en mente cuando sus hijos partieron. Hay ambigüedad en el asunto. Primero nosotros íbamos a cambiar un régimen en Irak. Luego, el objetivo era destruir las armas de destrucción masiva. Ahora es un Irak democrático y la liberación de más países en el mundo. No es un tema, claro, la muerte y las heridas de las tropas en Irak.
(Colbert I. King)

The Guardian

El involucramiento de la fuerza anglonorteamericana en Irak parece cargado de problemas. Si algún anhelo de Gran Bretaña y Estados Unidos había de una presencia honrosa tras la rápida caída del régimen de Saddam y una consiguiente estabilización del país, se ha ido evaporando. El gobierno necesita malamente distraer la atención y ganar tiempo en el asunto de la reconstrucción mientras espera encontrar las armas y que se desaparezcan los ataques. El establecimiento de un gobierno provisional en Irak es tan urgente como la adopción de una estructura de legalidad y el respeto por la Convención de Génova.
(Editorial)