EL MUNDO › VIVIENDO DE PRESTADO Y AL BORDE DE LA QUIEBRA

California, otra víctima de W.

Por Carlos Ramos *
Desde Los Angeles

California, el estado más rico y más poblado de Estados Unidos, el destino y lugar de sueños y promesas de millones de estadounidenses e inmigrantes de todo el mundo, la California del mítico Hollywood, del puente Golden Gate y de Silicon Valley, está hoy al borde de la quiebra. El déficit estatal para el año fiscal que se inició este 1º de julio es de más de 38 mil millones de dólares. Un agujero en las finanzas estatales sin precedentes en la historia de California. Cifra más alta incluso que el presupuesto anual de muchos de los estados de la Unión Americana. Aun peor: debido a que los legisladores demócratas y republicanos en la capital estatal Sacramento no han podido ponerse de acuerdo en cómo financiar tal déficit, no ha sido posible aprobar el presupuesto anual del Estado.
Desde el martes pasado, California vive de prestado, pagando salarios a maestros, policías, enfermeras y demás servidores públicos con un préstamo de Wall Street de 5 mil millones de dólares que sólo alcanzará para engrasar la maquinaria estatal hasta finales de agosto. Después nadie sabe qué sucederá. Sin que se apruebe el presupuesto, no habrá nuevos préstamos. “La situación financiera del Estado es muy pobre y está deteriorándose –señaló el inspector estatal Steve Westly–. Los problemas empeoran cada día que estamos sin presupuesto. Nos estamos quedando sin dinero.” El desacuerdo entre demócratas y republicanos tiene que ver con la filosofía de cada partido. Los demócratas proponen resolver el multimillonario déficit con modestos recortes a los programas sociales y aumento de impuestos. Los republicanos han hecho pacto de honor de oponerse a cualquier subida en los impuestos y, debido a que por ley se necesitan dos tercios de los legisladores para aprobar el presupuesto anual, aun cuando son minoría, han sido capaces de impedir que haya tal aprobación. Su última propuesta fue que se ahorraran fondos (alrededor de mil millones de dólares), retrasando la entrada por un año a la guardería de 110 mil niños, lo mismo que cerrando varios campus universitarios y reduciendo la partida destinada al sistema penitenciario.
La propuesta fue rechazada por los demócratas. Pero los problemas no son sólo financieros. A nivel político está sucediendo algo que también es casi único en el país. Por una reforma constitucional aprobada en 1911, los votantes en California tienen el derecho no sólo de proponer iniciativas de ley, o decidir en referéndum sobre la vigencia de cualquier legislación, sino también de llamar a una nueva elección de sus gobernantes. Lo único que se necesita para que haya una nueva elección es que el 12 por ciento del electorado lo pida con su firma. En este caso es el gobernador demócrata Gray Davis quien está en el ojo de la tormenta. Darrel Issa, un congresista republicano ultraconservador y exitoso empresario que se hizo millonario vendiendo alarmas de coches, ha financiado la campaña para la nueva elección y tiene ya cerca de medio millón de firmas en apoyo a la medida. Si para finales de julio consigue 900 mil firmas, habrá nuevas elecciones poniendo de cabeza la estructura política del Estado.

* De El País de Madrid, especial para Página/12.

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