EL MUNDO › LA JOVEN ES CANDIDATA A DIPUTADA POR EL PARTIDO COMUNISTA, EN ALIANZA CON LA EX PRESIDENTA SOCIALISTA

Camila Vallejo camina junto a Bachelet

La referente del movimiento estudiantil chileno responde a los embates. “Por un lado, se nos critica por venir a ‘izquierdizar’ el programa de Bachelet y, por otro, se nos pretende acusar de supuestas traiciones a los principios de izquierda.”

 Por Christian Palma

Desde Santiago

Se hizo conocida en el mundo entero cuando en 2011 lideró el renacer del movimiento estudiantil desde la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Con su look simple, que incluye piercing en la nariz y jeans gastados, logró aglutinar a las masas de jóvenes cansados de los abusos del sistema. Pero no sólo era una cara bonita, Camila Vallejo convencía y convocaba con un discurso potente, coherente y, por sobre todo, crítico del modelo económico que impera aún en Chile, amplificado por un gobierno de derecha que no pudo sintonizar con las demandas ciudadanas, pero que también golpeó a la Concertación que gobernó Chile durante 20 años.

Ha pasado el tiempo, y ella –como otros de los líderes de esa época– asumió lo evidente: una carrera política. Vallejo es hoy candidata a diputada del Partido Comunista por la populosa comuna de La Florida en Santiago. Esa posición ha dado pie para que sus detractores, desde todos los sectores, la ataquen principalmente por formar parte del pacto Nueva Mayoría –que vino a reemplazar a la Concertación– y por dar su apoyo a la candidatura presidencial de Michelle Bachelet.

Aprovechando la alta visita de su blog, la ex líder estudiantil salió al paso de las críticas y descartó que ello signifique una “traición” a los principios de la izquierda. En este punto, dejó claro que la alianza política que respalda a la ex mandataria socialista es diferente de la que en su momento sostuvo a la Concertación. “La Nueva Mayoría es un espacio abierto, no como lo fue la Concertación durante los 20 años anteriores en que el debate fue cerrado por el consenso neoliberal y el acuerdo de mantener la institucionalidad política de Pinochet. Esa disputa hoy se ha vuelto a abrir y en gran medida somos nosotros responsables de haber producido ese forado, junto con una serie de otros actores y personajes, muchos de los cuales terminaron por retirarse de lo que fue la Concertación y muchos otros que se quedaron”, sostuvo Vallejo.

En esta línea, Vallejo, que hoy presenta varios meses de embarazo, sostuvo que el PC ha sido víctima de “ruidosas críticas que provienen de la derecha hasta la izquierda”, las cuales, a su juicio, no tienen un sustento real. “Por un lado se nos critica por venir a ‘izquierdizar’ el programa de Bachelet y de ser el elemento de desestabilización social, y por otro se nos pretende acusar de supuestas traiciones a los principios de izquierda, al movimiento social y, en particular, al movimiento estudiantil. El debate ha carecido muchas veces de elementos de fondo y se ha llenado de prejuicios, desinformación y oportunismo electoral”, aseguró. Agregó que “es evidente que la discusión centrada en que si apoyo o no apoyo a Bachelet, luego que si voté o no voté por ella, después si me sacaré o no la foto con ella y si mi sonrisa fue o no sincera al momento de la foto, además de extremadamente superficial y poco seria, es una discusión que no contribuye ni responde a los desafíos históricos que se avecinan. La política es demasiado importante para farandulizarla con esta pira de observaciones vacías”.

Camila Vallejo sostuvo además que “ahora podemos decir que la educación gratuita y de excelencia, la nueva Constitución o un nuevo sistema de pensiones ya no son demandas que se deban y puedan defender sólo desde la lucha callejera”.

“El actual escenario político nos dice que nuestro país no es el mismo. El movimiento estudiantil y social del cual hemos sido parte fundamental desde mucho antes del 2011 –siendo profundamente político– ha logrado, por primera vez desde el retorno de la democracia, instalar con fuerza y amplitud la conciencia sobre las perversidades del modelo neoliberal, mercantilizador de la vida y lo espurio de una institucionalidad política contrademocrática que requiere con urgencia ser superada.”

En sus palabras, “si la Concertación produjo un consenso neoliberal que encontró respaldo mayoritario en Chile, dado que la mayoría fue ganada para las políticas neoliberales, hoy esa mayoría podemos y debemos disputarla para convencerla y activarla en el camino para generar los cambios y transformaciones que Chile necesita”.

“Hoy estamos en condiciones nuevamente de propiciar una gran alianza social y política, que resguarde la independencia y la autonomía de los movimientos sociales, pero que posibilite la construcción y aplicación conjunta de un programa de transformación social, basado en la democratización del país, la promoción y resguardo de nuestros derechos fundamentales y el progresivo desmantelamiento del modelo neoliberal, principal responsable de la desigualdad estructural que padecemos.”

Pese a este apoyo al camino presentado por la Nueva Mayoría y que tiene –al menos en las encuestas– las principales chances de ganar las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre, Camila Vallejo subrayó que el hecho de que el PC y ella formen parte de la Nueva Mayoría “no ha significado renuncia alguna a nuestras ideas, ni cambio en los elementos de fondo de nuestro programa. Las exigencias y propuestas que hemos llevado al comando han sido las mismas que seguimos planteando en la calle, que defendimos en el 2006, 2011, 2012 y 2013, que provienen del movimiento estudiantil, sindical y poblacional en el que estamos insertos”.

“Debemos recalcar con justa razón y con toda la legitimidad que nos da nuestra centenaria lucha por la democracia y los derechos sociales, particularmente contra el modelo neoliberal y los abusos del mercado imperante en el Chile post dictadura, que nos reconocemos parte de todos aquellos que hoy entienden, analizan y acusan las responsabilidades de la gestión de los gobiernos de la Concertación en muchos de los problemas que nos pesan en nuestra sociedad actual y se han propuesto como horizonte superar este modelo socioeconómico y construir una sociedad verdaderamente democrática. El tema, sin embargo, radica en cómo nos haremos responsables hoy de avanzar hacia dicha superación”, concluyó.

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“La educación gratuita o la nueva Constitución ya no son demandas que se puedan defender sólo desde la calle.”
Imagen: EFE
 
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