EL MUNDO
El tiempo pasa y le pega duro a Bush incapaz de “pacificar” Irak
Las bajas estadounidenses en Irak son moneda corriente y sirven de argumento para los críticos de Bush. Sobre todo, para los candidatos demócratas que aspiran a quedarse con el sillón presidencial el próximo año. EE.UU. reclama la fuerza que ayude a estabilizar ese país.
Ya son 50 los muertos estadounidenses en suelo iraquí desde que terminó la guerra, el 1° de mayo pasado. Ayer, un soldado norteamericano murió y tres resultaron heridos en un ataque con explosivos contra una caravana militar que viajaba por el centro de Bagdad. Algunos funcionarios de George W. Bush relacionan la escalada de ataques contra los norteamericanos con una venganza por la muerte de los dos hijos de Saddam Hussein, el martes pasado. También llueven las críticas en el Congreso norteamericano: el senador demócrata Joe Lieberman dijo que el presidente “está dando mala fama a lo que era una guerra justa”. Y el senador Bob Graham dijo que si Clinton tuvo que pasar por un juicio por su relación con Monica Lewinsky, el Parlamento tendría razones más que suficientes para enjuiciar a Bush, que engañó a Estados Unidos con algo “tan importante como una guerra”.
Las noticias sobre las bajas estadounidenses en Irak han disparado una avalancha de críticas para Bush. Según el senador Joe Lieberman y precandidato demócrata para disputarle la presidencia a Bush en el 2004, el mandatario “está dando mala fama a lo que era una guerra justa”. Aunque fue el único demócrata que apoyó sin reservas la invasión a Irak, ahora dice que Bush se equivocó en sus planes para estabilizar ese país del Golfo. Y que darle el control a un “burócrata estadounidense da la impresión de que Estados Unidos es una fuerza de ocupación”, agregó refiriéndose al administrador de Irak, Paul Bremer. Otro que apuntó sus dardos contra Bush fue Bob Graham, otro de los precandidatos demócratas. “Si mantenemos el nivel que los republicanos fijaron para el ‘impeachment’ de Clinton por una relación personal y consensuada, ¿no lo habrá alcanzado un presidente que engañó al pueblo de Estados Unidos con algo tan importante como una guerra?”, declaró ayer. El impeachment es el proceso legal para destituir a un presidente estadounidense.
Mientras, el subsecretario estadounidense de Defensa, Paul Wolfowitz, acusó a las cadenas de TV árabes Al Arabiya y Al Jazeera de “deformar la información” e incitar a la violencia con “reportajes falsos”. La respuesta de Al Arabiya no tardó en llegar. “Lo de Wolfowitz son calumnias contra los medios árabes”, protestó Salah Al Qallab, vocero de la cadena. Wolfowitz también advirtió a los países que apoyan a estos canales: “Esto no es un juego. La vida de las tropas estadounidenses está amenazada”. Pero Qallab dijo que el norteamericano no debe esperar que su cadena “considere a las fuerzas estadounidenses como fuerzas de liberación. Según la ONU, son fuerzas de ocupación”. Al Arabiya está financiada con capitales sauditas, libaneses y kuwaitíes y tiene base en Dubai, la capital de Emiratos Arabes Unidos. Fue fundada este año para competir con Al Jazeera, que emite desde Qatar y se hizo conocida por su cobertura de la guerra de Afganistán y la difusión exclusiva de videos de Osama bin Laden.
Frente a la ola de violencia contra las tropas norteamericanas, Washington sigue presionando a varios países para que envíen fuerzas militares a Irak. El ministro turco de Relaciones Exteriores, Abdulá Gul, afirmó ayer que su gobierno necesita la aprobación del Parlamento para enviar tropas. Pero indicó que éstas “no actuarán como policías”, sino para normalizar la situación de Irak. Para enviarlas, Turquía exige que las fuerzas estadounidenses hagan frente a los rebeldes kurdos turcos que están en el norte de Irak. Mientras, el departamento de Estado norteamericano aseguró ayer que 30 países, entre ellos República Dominicana, Honduras, El Salvador y Nicaragua, han aceptado participar en una fuerza internacional de estabilización en Irak aunque ésta no cuente con el aval de la ONU.
En Londres, el Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó que el Alto Comisario británico en Pakistán, Sir Hilary Synnott, pasará a administrar el sur de Irak, que no está controlado por los estadounidenses. Su función será “coordinar la actividad política, militar y de reconstrucción” del país, dijo un vocero de Exteriores. Aparentemente, las fuerzas anglonorteamericanas piensan dividir Irak en dieciocho zonas administrativas. Gran Bretaña controlaría las del sureste.