EL PAíS › LOS JEFES MILITARES ALMORZARON EN LA CASA ROSADA

Sólo un ratito con Kirchner

Pampuro y Alberto Fernández almorzaron durante dos horas con Godoy, Chrétien y Chevalier. Kirchner pasó a saludar. Según el Gobierno no hay ninguna intranquilidad entre los uniformados.

 Por Fernando Cibeira

“¿Qué intranquilidad puede haber? Ninguna.” El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, buscó mostrarse despreocupado luego del almuerzo que, junto al ministro de Defensa, José Pampuro, mantuvieron ayer en la Casa Rosada con los jefes de las Fuerzas Armadas para analizar el clima militar luego de la detención de unos 40 represores ordenada por la Justicia. La conclusión fue que la situación es de “total normalidad” entre los uniformados en actividad, mientras que la preocupación y el enojo existe únicamente entre los retirados, un dato casi lógico. Y destacaron que, en su gran mayoría, los acusados se presentaron voluntariamente, que sólo siguen prófugos quienes ya lo estaban y que no se escucharon voces de protesta. “El Gobierno está conforme”, concluyó un vocero.
La reunión se organizó el jueves pasado, cuando el juez federal Rodolfo Canicoba Corral dio curso inmediato al pedido de detención que le envió su colega español Baltasar Garzón. Pampuro consideró entonces que para ayer, lunes, ya existiría un panorama más claro sobre la marcha de la causa y se habría completado el listado de los detenidos, por lo que una reunión serviría para conocer en detalle el clima militar.
Una de las intenciones del Gobierno era la de demostrar que le interesaba el estado de las Fuerzas Armadas, aunque bien separadas de los procesados por genocidio, tortura y terrorismo en España. Por eso el encuentro se hizo en el despacho del jefe de Gabinete, en la Rosada, y no en Defensa. Otro gesto en el mismo sentido fue que el presidente Néstor Kirchner pasara unos diez minutos a saludar.
“El Presidente no está distanciado de las Fuerzas Armadas”, explicaba luego un vocero. Según detallaban, durante la breve irrupción presidencial ni se mencionó el tema de las extradiciones. Pero, imaginaban en la Rosada, el detalle sirvió para que se considere que Kirchner no quiere tomar a los militares como sus enemigos pero que a partir de ahora el poder político “no volverá a interferir en la Justicia” cuando se trate de casos de violación a los derechos humanos.
Fernández y Pampuro invitaron al almuerzo al jefe del Estado Mayor Conjunto, brigadier Jorge Chevalier; el jefe de la Armada, contraalmirante Jorge Godoy; el jefe de la Fuerza Aérea brigadier, Carlos Rohde, y el subjefe del Ejército, general Mario Chrétien. El titular del Ejército, Roberto Bendini, continúa de licencia.
En el almuerzo, bastante hermético, se supo que se consideró lo rápido que se había actuado en este caso. El jueves pasado, el juez Canicoba se comunicó con el Ministerio de Defensa para informarle de la lista de represores que debían ser citados para que quedaran detenidos como inicio del trámite de extradición. Previa comunicación con el Presidente –de viaje en Estados Unidos–, Pampuro llamó a los jefes militares para que cumplieran con toda rapidez con la orden judicial. En el medio, el Presidente derogó el decreto de Fernando de la Rúa que impedía las extradiciones.
“En apenas 24 horas se presentó el 80 por ciento de los citados, entre ellos los que decían que nunca se iban a presentar”, subrayaban ayer en Defensa. Los jefes militares destacaron que “la mayoría se presentó en forma espontánea”. A la hora del almuerzo, sólo quedaba uno de los acusados por presentarse, mientras que los otros dos prófugos –Jorge Vildoza y Arturo González Naya– se esconden de la Justicia desde hace años, por lo que no podían considerarse como una rebeldía por este caso.
En Defensa admitían que se había reconocido el malestar existente en los círculos de retirados. No sólo por razones de camadería con los detenidos, sino también porque muchos de los que actuaron en la dictadura temen que la continuidad de los pedidos de extradición termine afectándolos también a ellos. En esos círculos en los que se reúne lo más retrógado de los militares retirados ven a Kirchner como un político que quiere atacar a las Fuerzas Armadas. “El tema ahora está en la Justicia, dejó de pertenecer a la esfera política”, respondía un vocero. Por la tarde, Alberto Fernández pasó por el despacho del Presidente para pasarle un parte del encuentro. Luego mantuvo un breve contacto con los periodistas en el que destacó la “absoluta normalidad” con que las Fuerzas Armadas tomaron las 46 detenciones ordenadas por la Justicia. “Los que tienen que estar detenidos, ya están detenidos”, respondió, para justificar el cumplimiento total de la orden.
De acuerdo con el parte difundido por Defensa, en el almuerzo, que duró unas dos horas, también se repasaron los temas típicos de la agenda del citado ministerio y las Fuerzas Armadas: el presupuesto, la participación argentina en misiones de paz y los ejercicios militares con fuerzas extranjeras programados para el segundo semestre del año, en el que resalta el que realizarán en Mendoza con efectivos de los Estados Unidos.

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Los jefes militares se van de la Rosada, tras un largo almuerzo. A la izquierda el almirante Godoy.
 
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