La canciller alemana Angela Merkel fue investida para un tercer mandato, al frente de una gran coalición cuyo dominio parlamentario deja escaso margen a la oposición, y con un gobierno continuista en política exterior y finanzas. A casi tres meses de las elecciones celebradas el 22 de septiembre, 462 diputados de los 621 presentes (faltaron diez a la sesión plenaria) respaldaron la candidatura de Merkel, quien regirá el destino de la principal potencia europea por otros cuatro años. El frente formado por la Unión Cristianodemócrata de Merkel, su ala bávara Unión Socialcristiana y el Partido Socialdemócrata sumó 504 escaños. La votación se saldó con 150 votos en contra y 9 abstenciones. “Asumo la elección y agradezco la confianza”, dijo Merkel después de que el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, hiciera público el escrutinio.

El socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier volverá al puesto que ya ocupó en la primera gran coalición de la canciller, mientras que Wolfgang Schauble, su hombre fuerte en la pasada legislatura y un férreo defensor de la disciplina presupuestaria, seguirá al frente de Finanzas. Ambos funcionarios estarán encargados de marcar las pautas del continuismo en las dos carteras que más inciden en la política comunitaria e internacional de Alemania, mientras se espera que los posibles cambios de rumbo o correcciones se concentren en el plano doméstico.

En el próximo gobierno habrá pocos rostros nuevos, pero sí algún que otro cambio vistoso de funciones, como el de Ursula von der Leyen, que pasa del Ministerio de Trabajo a Defensa, elevando así su perfil de potencial sucesora de Merkel. En tanto, el ex titular de Exteriores Guido Westerwelle, miembro de Partido Liberal, se retiró del gobierno y siguió la ceremonia del Bundestag en la tribuna, compartiendo fila con la madre de Merkel, Herlind Kasner.

La oposición conformada por la Izquierda y Los Verdes sumó 127 escaños, gracias al aporte de una veintena de disidentes de las filas gubernamentales. El resultado de la votación de ayer, 74,9 por ciento, es record en la historia de la República Federal de Alemania (RFA), superior al 70,9 por ciento obtenido por la gran coalición del también conservador Kurt Kiesinger, en 1966, y al 64,9 por ciento con el que Merkel se convirtió en la primera mujer en ocupar la Cancillería alemana, en 2005.

“Nuestro trabajo no consistirá en un mero criticar: representamos no sólo a nuestro electorado, sino a todos aquellos que no quieren mayorías sobredimensionadas, sino control parlamentario”, expresó Gregor Gysi, líder de Izquierda. “Que nadie crea que vamos a empezar a acercarnos a Merkel por si acaso se rompe la gran coalición. Somos oposición, en eso nos concentramos en esta legislatura”, afirmó, por su parte, su colega de los Verdes, Katrin Goering-Eckardt.