EL MUNDO › LA CENTRAL DE TRABAJADORES DE CHILE REALIZO UNA HUELGA NACIONAL
Paro inédito contra la patronal, cachai
Fue el primer paro nacional de los sindicatos chilenos después de la vuelta de la democracia, hace 13 años, contra el gobierno de Ricardo Lagos. Los dirigentes del oficialista Partido Socialista (PS) respaldaron la protesta, pero la Democracia Cristiana, su aliado en la coalición gobernante, dijo que “no corresponde” a un partido gobernante legitimar un paro contra Lagos. La huelga por 24 horas fue convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) para repudiar los “abusos patronales” a la ley laboral. Según Arturo Martínez, presidente de este sindicato que nuclea a 640.000 trabajadores, la huelga fue un “éxito”, pero en La Moneda dijeron que el acatamiento fue “absolutamente parcial”. En las protestas en Santiago hubo disturbios que terminaron con un policía herido y 70 detenidos. También hubo una veintena de detenidos en otras ciudades chilenas.
Los disturbios en el centro de la capital comenzaron cuando la policía no dejó pasar a una columna de manifestantes que marchaba por la Alameda, la principal avenida del país, frente al palacio presidencial de La Moneda. Los carabineros tiraron gases lacrimógenos y agua para dispersar a los manifestantes, que se defendieron con palos y piedras. Enseguida, un grupo atacó a un vehículo policial e hirió a un carabinero. La policía arrestó a unos 70 manifestantes, mientras otros apedreaban autos y destrozaban vidrieras. En el barrio de La Florida, al sur de la capital, la policía detuvo a 12 manifestantes cuando un grupo de taxistas cortó el tránsito de la avenida Vicuña Mackenna, una arteria que lleva a Santiago. En el puerto de San Antonio, al oeste de la ciudad, una decena de manifestantes fueron detenidos cuando intentaban marchar hacia la plaza principal de este puerto. También hubo siete detenidos en Rancagua, a 80 kilómetros de Santiago. La violencia también llegó a Punta Arenas, la ciudad chilena más austral, a 2180 kilómetros de la capital. Según la CUT, allí hubo seis detenidos. Mientras las cámaras de TV difundían imágenes de la represión policial, Lagos entregaba 150 viviendas a un grupo de vecinos de Rengo, a 90 kilómetros de Santiago. “No quiero un país donde la imagen que sale en el mundo es la de un disturbio. No va a salir la señora Ana recibiendo las llaves de su casa”, dijo el presidente.
Desde que en 1990 terminó la dictadura del general Augusto Pinochet, los gobiernos de la coalición gobernante Concertación Democrática enfrentaron paros menores, especialmente de transporte, de docentes y trabajadores de la salud. Pero hasta ahora nunca se había organizado una huelga nacional.
La última de este tipo, convocada por la CUT, fue en 1986, en plena dictadura, para exigir la vuelta de la democracia. Pero hace un año, el líder de la CUT, Arturo Martínez, anunció que quería armar un “paro nacional” para reclamar “la dignidad de los trabajadores” y rechazar la flexibilización laboral que recomendó el FMI. Y aunque el gobierno no impulsó una reforma que permite a las empresas acortar los horarios de trabajo junto con los sueldos, Martínez convocó a un paro que, según el gobierno, no tiene un reclamo concreto. “Hay que tener muy buenas razones para parar y el país no conoce esas razones”, dijo Lagos. Pero el líder del PS, Gonzalo Martner, sostuvo que “a veces es necesario que los trabajadores hagan oír su voz”. Aseguró que la protesta “no es contra el gobierno”, pero no terminó por apoyarla.
Para los medios oficialistas, su postura es “ambigua” e incluso el diputado socialista Carlos Montes admitió que “habría preferido una posición más clara” en el partido. La bancada de la Democracia Cristiana, aliada del PS en la Concertación Democrática, criticó al PS en un comunicado donde sostuvo que “no corresponde a un partido de gobierno legitimar un paro dirigido no sólo contra algunas prácticas empresariales sino contra la gestión del presidente Lagos”.