El casero de un ex torturador de la dictadura brasileña muerto la semana pasada durante un asalto a su casa fue arrestado tras confesar que participó en el crimen entregando información sobre el militar, dijo el martes la policía. El coronel Paulo Malhaes, de 77 años, fue el primer militar brasileño en admitir que torturó a opositores durante la dictadura militar (1964-1985). Murió en condiciones que aún se investigan durante un asalto a su casa en un suburbio de Río el jueves pasado. Su casero Rogério Pires –de 28 años y que trabajó siete años en casa del militar hasta diciembre pasado y retomó su empleo hace mes y medio– confesó a la policía que pasaba informaciones de la rutina de Malhaes a los tres asaltantes.

Dos de los asaltantes son hermanos del casero. El otro no fue aún identificado. “El casero fue la fuente de informaciones para que la acción se pudiera realizar, pero sus hermanos fueron los que planificaron el crimen” y sobre ambos hay orden de captura, dijo el subcomisario William Pena Junior, de la división de homicidios de la policía. Los asaltantes mantuvieron a Malhaes y a su esposa como rehenes por ocho horas en cuartos separados. El casero, que acompañaba a la familia a la hora del asalto, fue supuestamente colocado en otra habitación.

El cuerpo del militar fue hallado sin vida y por ahora se desconoce si fue asesinado. Según el certificado de defunción, filtrado a la prensa, murió de un “edema pulmonar e infarto de miocardio”. La policía trabaja con tres hipótesis en la investigación de este crimen: venganza, eliminación de archivos y robo, que es la que tiene más fuerza. Los asaltantes huyeron con dinero, joyas y armas. La idea del crimen era vender las armas en el mercado negro, dijo Pires a la policía. Según el diario O Globo, los asaltantes desconocían el papel de Malhaes en la dictadura. Un ahijado del coronel relató el sábado al Folha que la viuda del militar le contó que “los asaltantes se comunicaban por radio y recibían órdenes: ‘¿No lo has matado todavía? ¡Esto está demorando demasiado! La orden es matarlo’”.