EL MUNDO › ROMPIó SU SILENCIO DE UNA DéCADA PARA DECIR QUE LA RELACIóN FUE CONSENSUADA Y QUE SE ARREPIENTE

Monica Lewinsky contó su relación con Clinton

“Cualquier abuso vino posteriormente, cuando se me convirtió en un chivo expiatorio para proteger su poderosa posición”, señaló la ex becaria de la Casa Blanca en un artículo de revista. “Lamento profundamente lo ocurrido”, añadió.

Monica Lewinsky rompió su silencio de más de una década para hablar sobre su relación con el presidente Bill Clinton. “Desde luego, mi jefe se aprovechó de mí, pero me mantendré siempre firme en este punto: fue una relación consentida”, dijo la ex becaria de la Casa Blanca. “Cualquier abuso vino posteriormente, cuando se me convirtió en un chivo expiatorio para proteger su poderosa posición”, señaló Lewinsky en un artículo publicado ayer por la revista Vanity Fair. Durante la entrevista, la mujer se mostró afligida por lo ocurrido con el presidente Clinton. “Déjenme decirlo de nuevo: yo misma lamento profundamente lo ocurrido”, dijo.

La revelación de la relación extramatrimonial de Bill Clinton con la becaria de la Casa Blanca disparó uno de los mayores escándalos políticos de los últimos años en Estados Unidos y empujó al entonces mandatario estadounidense a un juicio político que casi se salda con su salida de la presidencia. La noticia del affaire estalló en 1998 y casi le cuesta la presidencia a Clinton, pero logró superar el episodio. El mandatario negó en principio haber mantenido una “relación sexual” con la joven, pero después de varios meses y un proceso de impeachment (acusación) del que salió airoso admitió que había tenido una “conducta impropia” con la becaria. Años más tarde manifestó que debía haber contado antes la verdad y deslizó la posibilidad de haber cometido “errores personales”. Entonces, la mujer se convirtió en una paria de la sociedad estadounidense.

Lewinsky, luego de atravesar algunos años de depresión, trató de sacar partido a la publicidad que recibió a partir del lanzamiento de una línea de bolsos que llevaba su nombre y la aparición en varios programas televisivos. Pero en 2005 decidió irse de Estados Unidos para dedicar su tiempo a estudiar en Inglaterra en la prestigiosa London School of Economics, donde se graduó en psicología social.

El diario español El País recordó ayer que en un primer momento Lewinsky probó suerte como imagen de una dieta de adelgazamiento, luego se animó como presentadora de un programa televisivo e incluso se la vio en la alfombra roja de los Oscar. Desde entonces trató de rehacer su vida alejada de los medios de comunicación. Sin embargo, ahora considera que “ya es hora de dejar de husmear” en su pasado y en el futuro de otras personas. “Estoy decidida a tener un final diferente de mi historia. He decidido, finalmente, sacar la cabeza de mi parapeto de modo que pueda retomar la narrativa y dar un propósito a mi pasado. Lo que me vaya a costar, lo descubriré pronto”, remarcó la mujer que el 23 de julio cumplirá 41 años.

La ex becaria explicó que se mantuvo tan silenciosa durante una década que incluso se generaron rumores de que los Clinton le habían pagado para que no hablara. “Nada podría estar más lejos de la verdad”, señaló. Sin embargo, éste es un momento para dejar de “andar de puntillas sobre mi pasado y el futuro de otras personas”, agregó.

Lewinsky, quien luego de su paso por Londres vivió en Nueva York, Los Angeles y Portland, reconoció haber permanecido virtualmente recluida en el último tiempo, a pesar de haber recibido infinidades de solicitudes para dar entrevistas, y señaló que tuvo la posibilidad de rechazar una serie de ofertas que le habrían hecho ganar 10 millones de dólares. En 2008 evitó cualquier tipo de comentario o aparición pública debido a las elecciones presidenciales en marcha y la carrera por la candidatura presidencial demócrata de Hillary Clinton.

“Pospuse varios proyectos en medios de comunicación en 2012 hasta el final de las elecciones. Recientemente me encontré acobardada de nuevo, temerosa de ‘convertirme en un tema’ en el caso de que Hillary Clinton decidiera lanzar su campaña. Pero, ¿debo poner mi vida en suspenso por otros 8 o 10 años?”, se preguntó en el artículo, cuya versión completa aparecerá finalmente el 8 de mayo.

Como elemento detonante de esta aparición pública, Lewinsky mencionó el caso del estudiante Tyler Clementi, de la Universidad Rutgers, quien se suicidó en 2010 después de que un video suyo besándose con otro hombre se viralizara en Internet. A partir de esa historia, manifestó la ex becaria, “mi madre volvió a revivir 1998. Ella estaba volviendo a vivir esas semanas en las que se quedó al lado de mi cama, noche tras noche, porque yo también tenía tentaciones suicidas. La vergüenza, el escarnio y el miedo que habían sido lanzados a su hija –aseguró Lewinsky, en uno de los momentos más duros del relato sobre su madre– la dejaron temerosa de que me quitara la vida”.

En 1998, Lewinsky se convirtió no sólo en la persona más humillada del mundo sino “en la primera persona cuya humillación mundial fue propagada por Internet”, contó la mujer, explicando que por eso quiere trabajar con víctimas del ciberacoso. Por ello señaló sobre los argumentos para ventilar el affaire con Clinton: “Quizás al compartir mi historia sería capaz de ayudar a otros en los momentos más oscuros de su humillación. La pregunta se convirtió en: ¿cómo encuentro y planteo un propósito a mi pasado? Es momento de quemar la boina y enterrar el vestido azul”, dijo Lewinsky en Vainity Fair, en referencia al famoso atuendo con rastros de semen que sirvió como prueba del romance con Clinton y el sombrero con el que fue fotografiada junto al por entonces presidente norteamericano.

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Monica y Bill en otros tiempos, cuando ella era becaria y él, presidente de Estados Unidos.
 
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