Sábado, 21 de junio de 2014 | Hoy
EL MUNDO › RECORD MUNDIAL DE REFUGIADOS POR CONFLICTOS BELICOS
En el Día Mundial de los Refugiados, Carlota Sami, la portavoz del Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) para el sur de Europa, analiza en una entrevista las particularidades de esta crisis mundial.
Por Elena Llorente
Desde Roma
Un informe de la ONU publicado ayer, en el Día Mundial de los Refugiados, informa que la cantidad de refugiados a nivel mundial es la más alta desde la Segunda Guerra Mundial. En 2013, 51,2 millones de personas tuvieron que dejar sus hogares por conflictos armados, dice el informe.
A su vez, unos 57.000 inmigrantes han llegado a Italia desde principios de 2014 a través del mar Mediterráneo. Pero la cifra aumenta día a día, pese a los muchos que mueren ahogados. La semana pasada, según algunas fuentes, unas 5000 personas habían desembarcado en distintos puntos de la costa sur de Italia. Numerosas mujeres con niños pequeños. La mayor parte de ellos están escapando de conflictos armados, de guerras, de dictaduras, tanto de Africa –Eritrea, Somalia, Mali– como de Medio Oriente, especialmente Siria. No siempre son tratados y recibidos como se debería y por eso ha habido protestas de organizaciones de derechos humanos. Un ejemplo reciente ha sido emblemático: 250 expatriados que desembarcaron en la ciudad de Taranto (sur de Italia) hace una semana fueron transportados en buses –al parecer por orden de las autoridades locales– a Roma y Milán y allí abandonados. Se los encontró durmiendo en las veredas, incluso sin calzado, tal como habían viajado por el mar. No habían recibido comida ni asistencia de ninguna índole.
Italia dice que sola no puede afrontar el problema inmigratorio pero ha creado de buena voluntad la operación Mare Nostrum, para evitar los naufragios, ya que la marina militar rescata a los inmigrantes de las barcazas donde viajan y los lleva a tierra. La ONU, a través de un portavoz desde Nueva York, ha hecho saber que “la cuestión de los inmigrantes en el Mediterráneo es un problema que Italia no puede afrontar sola. No puede haber sólo una respuesta nacional. Es necesaria una respuesta internacional”. Carlota Sami, la portavoz del Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) para todo el sur de Europa, en una entrevista con Página/12 analizó los particulares de esta situación.
–Señora Sami, ¿cómo ve el Acnur esta situación?
–Nosotros venimos advirtiendo desde hace meses que el flujo de inmigrantes aumentará, sobre todo el número de refugiados, fundamentalmente por el conflicto en Siria que ha llevando a la población de ese país a transformarse en la más numerosa población de refugiados del mundo. Y también porque muchas familias que hace dos años pensaban que podrían retornar al propio país de naciones como el Líbano o Jordania, ahora tratan de llegar a Europa.
–¿Quién tiene la obligación de recibir a estos inmigrantes, potencialmente refugiados?
–La recepción es obligación del gobierno italiano. Nosotros estamos presentes en el momento del desembarco para darles información sobre las normas y los derechos que tienen. Los que se quieren quedar en Italia deben llenar una solicitud de asilo. Y estos pedidos de asilo son analizados por comisiones del Estado italiano pero donde también hay un representante del Acnur. Pero, en realidad, la mayor parte de estas personas no se quieren quedar en Italia sino dirigirse a otros países de Europa.
–La pobreza agudizada en muchos países, sobre todo de Africa, ¿influye para que esta gente quiera irse?
–Las proporciones han cambiado mucho en estos últimos años. Hay muchas más personas que piden asilo que inmigrantes económicos. Algunos pueden tener las dos razones pero son las persecuciones, la violencia, lo que los impulsa sobre todo a huir.
–¿Los países europeos hacen todo lo que deberían hacer respecto de los refugiados?
–Nosotros pedimos que haya mucha más solidaridad en la recepción de los refugiados, que haya un trabajo común europeo para salvar a la gente en el mar. Y esto debería ser siempre una prioridad porque la gente continuará atravesando el mar a cualquier precio. De parte de la Unión Europea hay un esfuerzo en este sentido. Pero ha habido elecciones, hay que ver cómo se organizarán las cosas con el nuevo Parlamento Europeo. Y cómo se comportarán los distintos países europeos respecto de los refugiados. Cada país puede hacer cosas por su cuenta si así lo decide.
–¿La recepción en Italia es satisfactoria?
–El problema es la calidad de la recepción. En Italia no existe un verdadero plan, organizado, para recibir a la gente que llega, un plan que vaya más allá de la emergencia. Siempre se ha hablado de emergencia pero ya no lo es más, porque el fenómeno se produce cada año y tiende a aumentar. Hacen falta además recursos económicos. El plan italiano debe ser coordinado con Europa y las responsabilidades deben ser compartidas. No sólo hay que garantizar los primeros cuatro días de vida en el país, con una asistencia real y digna, cosa que no siempre sucede. El otro eslabón débil de Italia es el de la integración, es decir la posibilidad de encontrar trabajo y alojamiento después. Hay proyectos de apoyo pero no son suficientes. Por eso muchos prefieren irse a Alemania, a Suecia, Noruega u Holanda.
–¿Algunos refugiados pueden ser trasladados a otros países si no encuentran asilo en Europa? Por ejemplo, ¿pueden ir a América latina?
–Sí, son planes de recolocación en base a la oferta de otros países. El país ofrece lugar. Luego se seleccionan las personas posibles, generalmente las más vulnerables como familias con niños pequeños. Chile, por ejemplo, ha recibido numerosos refugiados palestinos.
–¿Qué es lo más urgente para usted?
–Reforzar el trabajo de salvataje en el mar y tener un plan organizado para recibirlos.
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