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El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, dijo estar dispuesto a indultar a los combatientes de los clanes sunnitas que se rebelaron contra el gobierno, aunque no lo haría con los miembros del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) que encabezan la ofensiva. En su conferencia de prensa semanal, Al Maliki dijo que los clanes sunnitas que se alzaron en armas y que se muestren arrepentidos por la ofensiva serán bienvenidos. Además, el primer ministro aseguró que el anuncio del califato por parte del líder del EIIL, Abu Bakr al Bagdadi, es una amenaza para los países de la región.

Según Al Maliki, el anuncio es un mensaje dirigido a los vecinos de Irak y que pasan a estar dentro del círculo rojo del EIIL. El grupo jihadista, que dice liderar una amplia coalición de milicias sunnitas, aseguró que los musulmanes están obligados a instalarse en el califato que él mismo proclamó el domingo desde la provincia siria de Alepo hasta la iraquí de Diyala. En un discurso por el mes sagrado de Ramadán, difundido por foros islamistas, Al Bagdadi sostuvo que “es su deber emigrar porque los musulmanes nos necesitan” y destacó que el califato le pertenece a los musulmanes y no sólo a Irak y Siria.

Desde la proclamación del califato, líderes musulmanes de distintos países rechazaron las palabras del referente jihadista y su presunta representatividad sobre todo el mundo islámico. El califato es el sistema de gobierno establecido en el Islam, que representa la unidad de la umma (comunidad) musulmana en torno del líder, donde el califa se erige como un representante –del pueblo y del Islam– que debe gobernar de acuerdo a la sharia (ley religiosa).

Mientras el EIIL gana territorio, los políticos iraquíes siguen paralizados por los desacuerdos en la elección del presidente y los vicepresidentes de la Cámara. Al Maliki deseó que la vida política en el país prosiga y que la lucha que se está dando en el ámbito de la seguridad no afecte a ese proceso, como sucedió en el Parlamento. Anteayer fracasó por falta de quórum la primera reunión de dicha institución para nombrar al presidente, primer paso para la elección de un nuevo jefe de Estado y primer ministro. Muchos abogan por un gabinete de unidad nacional, un pedido de Washington para autorizar la ayuda militar. Al Maliki lo rechaza porque quiere mantener el puesto de jefe de gobierno. En la próxima sesión, fijada para el 8 de julio, “superaremos los obstáculos para formar un nuevo gobierno”, afirmó el dirigente. Al Maliki señaló que la prioridad es la seguridad, la protección de Irak, su economía, preservar su identidad y su integridad territorial “amenazada por esta feroz ofensiva terrorista, que tiene como objetivo poner fin a los avances logrados”.