Sábado, 2 de agosto de 2014 | Hoy
EL MUNDO › OPINION
Por Robert Fisk *
Hubo un momento en que nuestros políticos y los medios de comunicación tenían un especial temor cuando cubrían guerras de Medio Oriente: que nadie los llamara antisemitas. Tan corrosiva, tan viciosa era esta acusación contra cualquier crítica honesta a Israel, que sólo por balbucear la palabra “desproporcionada” provocaba acusaciones de nazismo por parte de los aspirantes a partidarios de Israel. La simpatía por los palestinos ganaría el apodo de “pro palestina”, que, por supuesto, significaba “pro terrorista”.
O al menos así fue hasta el último baño de sangre en Gaza, que está siendo tan gráficamente cubierto por los periodistas, que nuestros maestros y nuestros medios de comunicación están sufriendo una nueva experiencia: no miedo de ser llamado antisemita, pero miedo a sus propios televidentes y lectores. Gente común tan ultrajada por los crímenes de guerra cometidos contra las mujeres y los niños de Gaza que están exigiendo saber por qué, incluso ahora, los magnates de la televisión y los políticos se niegan a tratar a sus propios pueblos como seres morales, decentes e inteligentes humanos.
Sin embargo, todavía –cada vez que otro niño empapado en sangre aparece en la pantalla– los presentadores de noticias hablan del “juego de la culpa”. ¿Juegos de la culpa? ¿Creen que se trata de un sangriento partido de fútbol? ¿O de una tragedia sangrienta? Es así. Civiles son asesinados. Los reporteros lo llaman “fuego de tanques”. (Hamas no tiene tanques.) Israel dice que es un cohete de Hamas. Hamas dice que es el trabajo de Israel. Ese es el “juego de la culpa”. En realidad, nadie puede ser culpado y, por lo tanto, podemos ignorar la responsabilidad y asentir con la cabeza.
Y debemos olvidar que hicimos lo mismo cuando las bombas estadounidenses mataron a civiles en Trípoli en 1986 (un “misil antiaéreo libio fallido” recuerdo, era el culpable) o cuando el ataque de la OTAN en el distrito de Shuala de Bagdad mató a civiles en 2003 (un “fallido misil antiaéreo iraquí” tenía la culpa, por supuesto). Varios estadounidenses me pidieron que señalara esto, y añadiendo que la votación en el Senado de Estados Unidos de 100-0 a favor de Israel suena un poco como el 98 por ciento que los dictadores árabes reclaman para su presidencia, salvo que en la votación de Estados Unidos, el resultado no fue fraguado. ¡Fue verdadero!
Ahora, analicemos nuestra cláusula de escape. Sí, Hamas es corrupto, cínico, despiadado. La mayor parte de sus “voceros” son tan estúpidos, tan incoherentes, tan propensos a gritar el abuso, que ahora aventajan al siempre tan gentil, Mark Regev (vocero de la Cancillería israelí), en volver al mundo en contra de Hamas. Pero el mundo se está volviendo en contra de Israel, como ministros de la Unión Europea en varias ocasiones (aunque muy suavemente) les dijeron a los israelíes. Y se está volviendo en contra de nuestros políticos y de nuestros principales medios que siguen insultándolos.
¿Cuántas veces espera The New York Times que sus lectores toleren editoriales como el pusilánime de la semana pasada? Se habían producido “ataques mortales” en Gaza, se les dijo a los lectores. El total de los muertos llegó a 750, “la gran mayoría palestinos”. Y entonces la salida: hubo “versiones encontradas” –entre Israel y Hamas o un aliado de Hamas– sobre el ataque, y por lo tanto “lo que realmente importa ahora es que de alguna manera podamos detener esta carnicería”. Así que eso está bien, entonces. “El juego de la culpa” es igual a “sin culpa”.
En Francia, hubo burlas por la forma en que el gobierno reaccionó al calvario de Gaza. François Hollande quería que Israel “corrigiera” su objetivo ¡”un poco” (un peu)! Criticó la agresión de Hamas y las represalias israelíes. Pero entonces un enojado Benjamin Netanyahu lo llamó por teléfono al Elíseo. Cambio de tono. Hollande pronunció el mantra habitual. “Israel tiene el derecho a tomar todas las medidas para proteger a su pueblo.” Pero entonces los miembros de la Asamblea francesa se hartaron tanto por el “castigo colectivo” a los palestinos que Hollande instó a poner fin a la “escalada” de la violencia. Ufff.
En Irlanda, tradicionalmente pro palestina, The Irish Times, por desgracia, ha estado tocando la misma melodía que su homónimo de Nueva York. El día después de que Israel bombardeara una escuela de la ONU, matando a 19 civiles, publicó un artículo de primera plana que empieza con la declaración de un alto el fuego por parte de Israel, continúa con un párrafo con los detalles de la tregua, y luego otro párrafo diciendo que Hamas no tuvo ninguna reacción –y luego les contó a sus lectores de los 19 muertos. Un lector fustigó al diario por “equilibrar” su página de cartas de lectores para que los palestinos se vean tan culpables como los israelíes. “Esta falta de interés es en realidad una especie de apatía moral”, dijo. Y lo dijo bastante bien. El mundo puede por lo menos agradecer a los periodistas en Gaza, incluso si sus jefes están huyendo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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