EL MUNDO › AMNISTíA INTERNACIONAL INFORMó SOBRE LOS CRíMENES DEL ESTADO ISLáMICO

Denuncian una limpieza étnica

La organización humanitaria acusó a los jihadistas de cometer “crímenes de guerra, sobre todo ejecuciones sumarias masivas y secuestros” que apuntan a las minorías del norte iraquí, en particular a cristianos, turcomanos chiítas y yazidíes.

El Estado Islámico (EI) está llevando a cabo una campaña sistemática de limpieza étnica en el norte de Irak, donde también comete ejecuciones masivas, según denunció Amnistía Internacional en un informe publicado ayer. “El Estado Islámico está llevando a cabo despreciables crímenes y ha transformado zonas rurales de Sinjar en campos de la muerte empapados en sangre en su brutal campaña para borrar todo rastro de la población no árabe y musulmana no sunnita”, aseguró Donatella Rovera, investigadora de AI, quien se encuentra actualmente en el norte de Irak. En su informe titulado “Limpieza étnica en proporciones históricas: focalización sistemática del Estado Islámico en las minorías del norte de Irak”, la organización destacó que tiene “pruebas” de que varias “matanzas masivas” tuvieron lugar en la región de Sinjar, donde vivían numerosos yazidíes, minoría kurdoparlante no musulmana.

Citando testimonios de sobrevivientes, la organización humanitaria acusó a los jihadistas de cometer “crímenes de guerra, sobre todo ejecuciones sumarias masivas y secuestros”, que apuntan a las minorías del norte iraquí, en particular cristianos, turcomanos chiítas y yazidíes.

AI aseguró que varias ejecuciones masivas tuvieron lugar en Sinjar –al nordeste del país– durante el mes de agosto, cuando se produjo el éxodo de decenas de miles de miembros de la minoría kurda yazidí. El informe señala varios testimonios de los desplazados, entre ellos el de Salem, que se refugió durante doce días cerca del lugar de una matanza. “Me salvó un vecino musulmán, que arriesgó su vida para salvarme; es más que un hermano para mí. Durante doce días me llevó comida y agua cada noche. Yo no podía caminar y no tenía ninguna esperanza de poder salir de allí, y para él era cada día más peligroso seguir teniéndome allí”, relata la nota, que cita a Salem.

Quienes no fueron asesinados tuvieron que sufrir el asedio y la extorsión por parte de miembros del grupo radical sunnita. “Militantes del EI hablaron inicialmente con nuestro jeque (líder de la comunidad) y dijeron que si entregábamos nuestras armas no nos veríamos perjudicados. Así que les dimos nuestras armas, pero aún nos atemorizaban con que nos iban a matar. Algunos de ellos exigieron que nos convirtiéramos al Islam, lo cual nos negamos a hacer, y amenazaron con matarnos si no lo hacíamos. Luego, más tarde nos dijeron que, tras las intervenciones de los jefes tribales sunnitas de Mosul, seríamos liberados. Pero estábamos en estado de sitio y no permitieron irnos”, dijo a AI Elías Salah, un enfermero de 59 años.

Un hombre que entregó a AI una lista de 45 nombres de familiares desaparecidos, todos ellos mujeres, niñas y niños, dijo: “Tenemos noticias de algunos, pero otros están desaparecidos y no sabemos si están vivos o muertos ni qué ha sido de ellos”. Otro sobreviviente de los ataques del EI, Khaled Mrad, un comerciante de 32 años y padre de tres niños, contó: “Militantes del EI, que habían estado controlando los pueblos cercanos desde el 3 de agosto, habían prometido reiteradamente que nos permitirían salir de allí. Cuando estábamos llegando a la escuela, las mujeres y los niños fueron llevados a un piso de arriba y los hombres nos quedamos en la planta baja. Los hombres del EI nos ordenaron deshacernos de nuestro dinero, nuestros celulares y del oro que pudiéramos tener. A continuación empezaron a subir hombres a distintos autos y se fueron”.

La organización humanitaria recordó que la ejecución sumaria de personas en cautiverio –sean civiles, soldados, miembros de milicias o sospechosos de ser “informantes” o “colaboradores” de gobiernos– es una grave violación al derecho internacional y constituye un crimen de guerra. Asimismo, la tortura, el trato cruel, el secuestro y la violencia sexual también representan violaciones a los derechos humanos.

Por su parte, Rovera acusó al gobierno iraquí de subestimar el alcance de las milicias sectarias y de armar a los voluntarios chiítas contra el EI. En vez de hacer eso, Rovera pidió a las autoridades de Bagdad que se centren en “proteger a todos los civiles, sea cual fuere su etnia o su religión” y que los responsables de estos crímenes de guerra sean llevados ante la Justicia. Durante el mes de agosto, al menos 1420 personas murieron y 1370 resultaron heridas en combates y otros actos violentos y terroristas en Irak, según reveló el lunes la misión de Naciones Unidas en este país (Unami).

Desde que tomaron el control de Mosul el 10 de junio, los islamistas del Estado Islámico también destruyeron o dañaron sistemáticamente lugares de culto de las comunidades musulmanas no sunnitas, como mezquitas y santuarios chiítas. Entre las minorías étnicas y religiosas atacadas en el norte de Irak figuran los cristianos asirios, los chiítas turcomanos, los chiítas shabak, los miembros de la fe yazidí, los kakai y los mandeos sabeos. Muchos árabes y musulmanes sunnitas contrarios o a quienes se considera opositores al Estado Islámico también fueron objeto de ataques aparentemente como represalia.

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, había acusado recientemente a los jihadistas de proceder a una “limpieza étnica y religiosa” en el norte de Irak.

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Durante agosto, al menos 1420 personas murieron y 1370 resultaron heridas en combates.
Imagen: AFP
 
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