Viernes, 12 de septiembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › CATALUÑA SE MANIFIESTA MASIVAMENTE POR SU DERECHO A DECIDIR
El festejo de la Diada, su día nacional, sirvió para organizar una gigante V corta humana para reivindicar su derecho a decidir si quedarse o no en España y presionar para que se realice la consulta soberanista del 9 de noviembre.
Por Flor Ragucci
Desde Barcelona
Una V corta gigante y humana atravesó Barcelona al grito de ¡independencia! Una V corta que le quiere decir al mundo “volem votar” (“queremos votar”, en catalán). Ese es el mensaje que 1,8 millón de personas –según datos de la policía– y las 500 mil –de acuerdo a la Delegación de Gobierno– dibujaron, ayer por la tarde, en una macrofigura roja y amarilla, como la bandera catalana, por las dos principales avenidas de la ciudad. “Hoy es la ve de voluntad y de votar; el 9 de noviembre será la de la victoria”, manifestaba Carme Forcadell, presidenta de una de las entidades organizadoras de la movilización, la Assemblea Nacional Catalana (ANC).
Por tercer año consecutivo, el 11 de septiembre sacude a Cataluña. La fecha en la que se recuerda la ocupación de Barcelona por las tropas castellanas en la Guerra de Sucesión de 1714 siempre fue un momento de reivindicaciones nacionalistas, pero nunca tanto como desde que en 2012 cientos de miles de personas salieran a la calle para reclamar un Estado propio. A esa manifestación masiva le siguió en 2013 otra aún mayor, en la que la región fue atravesada de norte a sur por una enorme cadena humana. Ahora, teniendo encima una cuenta regresiva de 60 días para que teóricamente se celebre el referéndum, la apuesta soberanista se duplicó y desplegó todos sus recursos en una movilización que quiso mostrarse como definitiva.
“Trescientos años después del 1714, hemos dejado de celebrar derrotas militares para ser un país que construye una victoria pacífica”, proclamó Muriel Casals, presidenta de otra de las asociaciones organizadoras, Omnium Cultural, a la vez que le dirigió una clara advertencia a la clase política: “La voz del pueblo está por encima de lo que opine un tribunal partidista de Madrid”. Casals se refiere al más que probable veto por parte del tribunal Constitucional a la convocatoria a las urnas que el gobierno catalán prevé para el 9 de noviembre.
Ante la posible suspensión de la consulta soberanista, la gente salió a la calle para reivindicar que votará de todos modos. A lo largo de 11 kilómetros, y ocupando una superficie de unos 200.000 metros cuadrados, personas de todas las edades, clases sociales, e incluso procedencias, literalmente se puede decir que se pusieron la camiseta. Vistiendo unos de rojo y otros de amarillo para formar así la senyera –bandera nacionalista catalana– entonaron todos los cantitos propios de la causa independentista poniendo énfasis, eso sí, en el lema de la Diada de este año: “volem votar”. “Cualquier pueblo tiene que poder decidir sobre su destino”, explicaba Eric con su hijo a caballito en uno de los enclaves principales de la gigante V corta. “Tanto si se vota por sí como por no, queremos expresar nuestra opinión y, personalmente, yo votaré por sí a la independencia, porque ya son muchos años con España y las cosas no funcionan bien, Cataluña ha aportado mucho más que otras regiones y ese dinero nunca vuelve”, añadía Gemma, su mujer.
Otro elemento que llamaba la atención en la peculiar manifestación de ayer en Barcelona fue la presencia de mucha gente de otros pueblos y nacionalidades que apoyan la causa catalana por sentirse identificados con el reclamo de soberanía. Es el caso, por ejemplo, de los vascos o los gallegos, dentro de España, y fuera, por supuesto, de los escoceses, que, a escasos días de celebrarse su referéndum por la independencia, viven muy de cerca el proceso en Cataluña. “Mi DNI dice que soy español, pero yo no me siento español. Yo ya tengo mi propio país y mi propio idioma y no se me respeta si desde un gobierno central se impone una uniformidad que es falsa”, afirma Gotzon, ciudadano euskaldún que reside en Barcelona.
Si bien el momento álgido de la Diada fue, precisamente, el de las 17.14 (hora que representa simbólicamente el año en que Cataluña fue vencida por los Borbones y anexada al Reino de Castilla), ya desde la mañana se sucedieron los actos institucionales y folclóricos por el centro antiguo de la ciudad. Tras el concierto de trescientos violines en el emblemático Mercado del Borne (número también simbólico, porque hace referencia a la cantidad de años que lleva Cataluña “sometida” a España), el presidente de la comunidad, Artur Mas, comentó ante los medios que ve al ejecutivo central “sin iniciativa política en el tema catalán”, precisamente en el que a su juicio es “el gran tema de Estado ahora mismo”. Para Mas, el gobierno de Mariano Rajoy mantiene un “enrocamiento muy grande” y se quejó de que “estamos ante la inmovilidad y el no a todo”. También aprovechó para hablar en favor de la necesidad de permitir la consulta y de que los catalanes se puedan expresar en las urnas, porque a su juicio “es un error intentar resolver un problema político a través de la arquitectura legal”, ya que “los problemas políticos se resuelven haciendo política, no amenazando con las leyes”.
El presidente eludió responder a las voces de la oposición que le exigen elecciones anticipadas en caso de que la consulta no se pueda llevar a cabo, y reiteró que no hablará de otro marco que no sea el 9-N. “Los esfuerzos están en el 9-N y el objetivo es éste”, confirmó, de manera que “se está haciendo todo para poder votar, cumpliendo los objetivos y las resoluciones del Parlamento, y de aquí no nos moveremos”. De hecho, Mas aseguró ante los medios internacionales que “todo está a punto” para celebrar la consulta y volvió a insistir en que “firmaremos un decreto de convocatoria y se aprobará la ley de consultas”.
Mientras buena parte de Cataluña explotaba de sentimiento patrio y gritaba a los cuatro vientos su deseo de separación de España, Rajoy visitaba las instalaciones de la Organización Nacional de Trasplantes y, sin hacer referencia explícita a la Diada, declaraba que “entre todos” se consigue un país más justo y de más oportunidades. Según el jefe del Ejecutivo La Solidaridad “es la mejor manifestación de nuestra generosidad como españoles, y esta generosidad hace que los órganos de los españoles lleguen a otras sin importar de donde venga”. “La unidad es un activo –reivindicó Rajoy–, de manera que ninguna autonomía podría conseguir sola un activo mayor que remando unida (...) esta realidad es lo que hace posible que un andaluz viva con un corazón catalán.”
Romanticismos aparte, el pulso entre el gobierno central y el de Cataluña en torno de la posible reestructuración del Estado entra en una etapa decisiva, marcada por el referéndum escocés del miércoles próximo y 60 días de leyes y contraleyes para lograr finalmente convocar o prohibir la consulta independentista propuesta para el 9 de noviembre. Lo que ayer quedó claro es que, más allá de los tejes y manejes del poder, millones de catalanes “volem (quieren) votar”.
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