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Por Rory McCarthy*
Desde Kabul

La batalla de Shahi Kot marca el tercer avance importante de Estados Unidos contra los bastiones talibanes y de Al-Qaida en el este de Afganistán. A comienzos de diciembre, fuerzas especiales de Estados Unidos y Gran Bretaña coordinaron los combates en Tora Bora, donde los fuertes bombardeos devastaron lo que era considerado como una de las mayores bases de Al-Qaida en Afganistán. Pero parece que muchos combatientes árabes escaparon, o bien por las montañas hacia el sur o hacia Pakistán. En enero, una segunda campaña de bombardeos comenzó en Zawar, cerca de la ciudad de Khost, 80 kilómetros al sur de Tora Bora.
Mientras que el norte y el oeste de Afganistán parecen en gran parte seguros, resulta claro que las provincias orientales representan una mayor amenaza a la estabilidad. La ONU marcó como de “alto riesgo” una gran franja en el área de la frontera, al sur desde Jalalabad, a través de Gardez y hacia abajo hasta Kandahar. Otro territorio desértico al sur de Kandahar también es considerado peligroso. Estas son áreas donde la comunidad pashtún, de donde surgieron los talibanes hace ocho años, es más fuerte. Los socorristas en el área advierten que la resistencia armada seguirá a través del este. “Desde Gardez al este hasta Jalalabad y al sur existirá un fuerte resentimiento contra los soldados norteamericanos”. dijo un funcionario occidental de una organización de socorro. “Hay muchas más muertes civiles aquí y es improbable que esto se olvide. En Kabul, la gente realmente estaba sufriendo bajo el gobierno de los talibanes y quizás perdonen más fácilmente las muertes civiles. En las áreas rurales del sur no estaban sufriendo tanto.”

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.