Martes, 7 de octubre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › EL ESTADO ISLáMICO, CERCA DE UNA VICTORIA
El grupo sunnita radical busca capturar la ciudad kurda de Kobani en Siria, a poca distancia de la frontera con Turquía. La estrategia de EE.UU. y sus aliados se muestra ineficaz.
Por Patrick Cockburn *
El Estado Islámico (EI) está cerca de capturar la ciudad kurda de Kobani en Siria, a poca distancia de la frontera con Turquía, después de un asedio de tres semanas en el que los ataques aéreos de Estados Unidos resultaron ser ineficaces en evitar que EI gane una importante victoria.
Con combatientes jihadistas que también avanzan en el oeste de Bagdad –lo que les permitiría cerrar el aeropuerto de la ciudad con fuego de artillería–, la estrategia del presidente Obama de contener a los militantes islámicos en Irak y Siria está en ruinas.
Los milicianos kurdos están luchando para evitar que Kobani caiga en manos del EI, pero un portavoz kurdo de la ciudad fue citado diciendo que ésta “ciertamente caerá pronto”. Los combates llegaron a las afueras del este de Kobani, donde los combatientes del EI plantaron su bandera negra sobre un edificio a la entrada de la ciudad. Anteriormente, los kurdos habían reclamado el éxito cuando sacaron a los combatientes de EI de la alta colina Mshtenur con vistas a la ciudad, pero que parecen haber perdido nuevamente. Se cree que unos 3000 civiles están aún en Kobani, mientras que 160.000 de sus habitantes ya huyeron.
Una mujer combatiente kurda llamada Deilar Kanj Khamis, más conocida por su nombre de guerra, Arin Mirkan, se inmoló el domingo en el curso de los combates, matando a diez jihadistas. Ella se había quedado cuando las fuerzas kurdas se retiraron y se mezcló con los atacantes antes de detonar los explosivos. La batalla por Kobani unió a los kurdos de la región que la ven como su versión de la batalla de las Termópilas, con sus heroicos soldados luchando hasta el final contra las fuerzas de EI, superiores en número y con armas más pesadas.
El EI está utilizando tanques y artillería que tomó de los ejércitos de Irak y Siria cuando invadió sus bases durante el verano. Las fuerzas de EI también capturaron Hit en la provincia de Anbar y partes de la capital provincial de Ramadi. El avance exitoso de los militantes demuestra que el ejército iraquí es incapaz de resistir al EI como cuando perdió Mosul y Tikrit, en junio.
La capacidad del EI para reanudar las operaciones ofensivas también puede ser una señal de que la eficacia de la fuerza aérea de Estados Unidos, sin observadores altamente capacitados en el suelo para llamar a los ataques aéreos, es limitada cuando se utiliza contra fuerzas bien lideradas. Un veterano líder kurdo, Omar Sheikhmous, dijo que el EI está diciendo que “todavía podemos ganar victorias sobre el terreno” y la captura de Kobani les dará el control completo sobre el territorio que se extiende desde Mosul a Aleppo. Dijo que Turquía había utilizado la desesperación de los kurdos en Kobani para extraer concesiones políticas de ellos antes de permitir que los refuerzos y suministros llegaran a los 2000 y 3000 combatientes de las Unidades de Protección Popular (YPG) que defienden la ciudad.
La caída de Kobani sería un golpe para Washington y su coalición internacional, que estuvo bombardeando posiciones del EI en Siria desde el 23 de septiembre y en Irak desde el 8 de agosto. Pero en ambos países el EI todavía está en la ofensiva y están avanzando en la provincia de Anbar, al oeste de Irak y en los pueblos cercanos a Bagdad. Combatientes del EI respondieron a los ataques aéreos dispersándose de manera de ser difíciles de ubicar y de ser blancos de ataques.
Fuentes del YPG dijeron que hubo 50 enfrentamientos con el enemigo el domingo en el que 74 combatientes del EI, así como 15 milicianos kurdos, fueron asesinados. A diferencia de la situación en Sinjar en Irak, donde fueron invadidas las aldeas kurdas antes de que sus habitantes pudieran huir, las autoridades locales kurdas habían dicho a los civiles “que huyeran de sus aldeas en Turquía porque no podían defenderlos”. Kobani es uno de los tres cantones kurdos en el lado sirio de la frontera con Turquía, donde viven muchos de los dos y medio millones de kurdos sirios.
El presidente Bashar al Assad retiró sus fuerzas de estos enclaves antes en la guerra, dejándolos en manos del Partido de la Unidad Democrática (PYD), cuya milicia es el YPG. Ambos son efectivamente la rama siria del PKK, que ha estado luchando por la autonomía kurda en Turquía desde 1984.
Las fuerzas turcas no hicieron nada para ayudar a los kurdos sirios a retener la ciudad y no hay ninguna señal de que vayan a intervenir las poderosas fuerzas militares turcas en la frontera. Se dice que el líder del PYD, Salih Muslim, se reunió con funcionarios de inteligencia militar turca para rogar por ayuda, pero le dijeron que esto sólo sería posible si los kurdos sirios abandonaban su reclamo de autodeterminación, renunciaban a sus cantones autónomos y acordaban una zona turca de defensa dentro de Siria. Muslim rechazó las demandas y regresó a Kobani.
* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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