Martes, 7 de octubre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › OPINIóN
Por Nils Castro *
Contra las expectativas sembradas hace algunas semanas, Dilma Rousseff le sacó más de 7 puntos de ventaja a Aécio Neves, quien, a su vez, relegó a Marina Silva, en unas elecciones en las que participó más del 80 por ciento de los votantes. ¿Ahora qué va a pasar?
La candidatura de Marina, pese a este desplome, cumplió su papel gracias a la muerte de Eduardo Campos. Su fugaz ascenso al papel de favorita permitió mandar a segunda vuelta una elección que antes pareció que Dilma le ganaría a Aécio en la primera.
Sin embargo, parte sustantiva de ese temporal apoyo a Marina no vino del voto ecologista ni del evangélico, sino de los sectores de izquierda disconformes con el PT. Pero en la próxima vuelta ni los ambientalistas ni esas izquierdas le darán su voto a Aécio, candidato neoliberal del PSDB, los grupos financieros y la gran prensa.
Eso no hace de Aécio un contrincante deleznable. En la contienda por la segunda vuelta le sobrará respaldo financiero y los medios de comunicación reavivarán vigorosamente su campaña contra Dilma y el PT. Todo el espectro de las derechas hará de esto una cruzada.
No obstante, uno de los principales temas de campaña volverá a ser el de la corrupción y, en este campo, Aécio es bastante vulnerable. Luego de gobernar el estado de Minas Gerais durante los dos últimos períodos, allí su candidato fue derrotado por el del PT precisamente por esto. El escándalo mayor fue el del “aeciopuerto”, el nuevo aeropuerto que como gobernador él ordenó construir con fondos públicos sobre tierras de su familia.
En la campaña que viene veremos enfrentarse dos personalidades opuestas. Dilma ya no es sólo la profesional eficaz que hace cuatro años se estrenó como candidata; ahora es “corazón valiente”, la jefa de Estado que durante este período expandió los programas sociales creados por Lula, incrementó la eficacia del gobierno e impulsó la integración brasileña con Latinoamérica y los Brics.
Aécio, nombrado líder por su abuelo antes de sudar la camisa, y tutoreado por Fernando Enrique Cardoso, deberá remontar su aureola de play-boy para resistir durante las próximas tres semanas la ofensiva concentrada de esa veterana luchadora, de Lula y el PT, ahora que ya no hay Marina que los distraiga.
* Ensayista panameño. Autor de Las izquierdas latinoamericanas en tiempo de crear.
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