Martes, 7 de octubre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › EN BRASIL ARRANCó LA CAMPAñA ENTRE LA MANDATARIA Y EL CANDIDATO SOCIAL-DEMóCRATA, AéCIO NEVES
En el PT consideran que la llave para la victoria está en la comparación de los mandatos de esa formación con los de Cardoso.
Por Darío Pignotti
Desde Brasilia
“Seguro que el papel de Lula será importante en la segunda vuelta, esto todavía tenemos que hablarlo a fondo con la presidenta Dilma en las reuniones de estos días. Después de trabajar mucho en la primera vuelta, Lula va a trabajar todavía más en la segunda”, declaró el secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, miembro del equipo de campaña del PT, consultado por Página/12. La mandataria Dilma Rousseff analizó ayer en Brasilia con sus asesores cuál será la estrategia a seguir hacia el ballottage del 26 de octubre, luego de vencer el domingo con el 41,59 por ciento ante el 33,55 de Aécio Neves, postulante por el Partido de la Socialdemocracia Brasileña.
“Claro que va a ser una campaña muy dura hasta el 26 de octubre, Aécio Neves está siguiendo un guión muy peligroso, medio furioso contra el PT... eso perjudica a la democracia por la cosa intolerante, despertando el prejuicio que él está sembrando en las personas”, denunció Carvalho durante un breve diálogo con este diario el domingo por la noche, cuando dejaba el auditorio próximo a la residencia presidencial, donde Dilma acababa de pronunciar un discurso durante el cual subrayó que “sin el presidente Lula yo no hubiera llegado donde llegué”.
Dilma inició ayer la caminata hacia el ballottage como favorita a caballo de los 43.267.000 votos obtenidos el domingo, es decir 8.370.00 más que su adversario social-demócrata. Una ventaja que sin dejar de ser importante, es menor de lo esperado por el oficialismo (siguiendo encuestas que volvieron a elaborar pronósticos errados) y no es tan holgada como para garantizar la reelección.
La posición que adoptará la candidata ambientalista Marina Silva, con el 21 por ciento, fue motivo de especulaciones en San Pablo, donde se reunió la cúpula del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) y en Brasilia, sede del encuentro petista.
Rousseff contó haber recibido una llamada “muy gentil y civilizada” de Silva, a quien “no le pidió apoyo para el segundo turno”, lo cual será materia de negociaciones en los próximos días. En la noche electoral, Marina formuló declaraciones en las que demostró cierta inclinación hacia Neves, pero la presidenta estima que sea cual fuere la decisión de la dirigente ambientalista, sus electores no emigrarán en bloque hacia los social-demócratas.
La distancia que separa a Dilma de Aécio Neves es la más estrecha obtenida por un postulante petista en primera vuelta desde octubre 2002, cuando Lula conquistó por primera vez el gobierno para esa agrupación que este año busca su cuarta presidencia consecutiva.
No todo lo que se discutió ayer en Brasilia tomó estado público pero se descuenta que el lugar de Lula fue un asunto analizado debido a su alta popularidad nacional, y el papel que desempeñará en San Pablo que es a la vez el primer colegio electoral, con el 22 por ciento de los votantes.
San Pablo, estado donde fue reelecto el gobernador social-demócrata Geraldo Alckmin (de antiguos lazos con el Opus Dei), fue el territorio más adverso para el PT: allí Dilma conquistó apenas el 25 por ciento de los votos frente al 44 por ciento recogido por Aécio Neves.
Al ser consultada sobre cuándo hará proselitismo en San Pablo, posiblemente junto a Lula, Dilma respondió que aún no hay fecha para esa reanudación. “Inicialmente vamos a esperar unos días para decidir dónde empezar (el proselitismo hacia el ballottage), la tendencia es comenzar por el nordeste”, donde se encuentran las provincias más pobres que votaron mayoritariamente al PT.
Como los boxeadores exhaustos que reciben las instrucciones para el último round: Dilma y Aécio participaron ayer de largas reuniones para definir los movimientos en los próximos 15 días. Saben que un golpe mal dado o el menor descuido con la guardia baja puede definir el combate.
Dilma lleva las de ganar si es capaz de contener el ímpetu con que el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) retomó ayer la campaña, avalado por banqueros optimistas ante la eventualidad de una derrota del PT que franqueará el camino a la restauración neoliberal prometida por Neves. Hace dos semanas, y cuando parecía que su candidatura se hundía, el representante social-demócrata comunicó al sector financiero que su ministro de Hacienda será Arminio Fraga, titular del Banco Central durante la presidencia del social-demócrata Fernando Henrique Cardoso.
Ciclotímica, la Bolsa de Valores de San Pablo que la semana pasada se desplomó ante encuestas favorables a Dilma, ayer trepó el 4,7 por ciento, el salto más pronunciado desde 2011, mientras las acciones de Petrobras crecieron cerca del 11 por ciento. Inversores locales y extranjeros confían en que Neves retomará la política de desnacionalización de la petrolera iniciada durante la administración de Cardoso, responsable del fin del monopolio estatal de la explotación de crudo y la apertura del capital accionario de la compañía estatal creada por el presidente Getúlio Vargas en los años ’50.
“Presidenta, ¿qué opina de la reacción de la Bolsa?”, preguntó ayer un reportero, a lo que Dilma respondió: “Yo sospecho que los inversores pueden hacer todo lo que se propongan, pero no pueden ganar una elección. Quien vota y gana en Brasil se llama pueblo brasileño”.
Ese será el tipo de discurso que posiblemente adoptará la candidata a la reelección hasta el día 26 para establecer distancia ante el partido de las finanzas e insistir que en un segundo mandato continuará apostando al empleo, la distribución de renta y las políticas sociales. En el PT consideran que la llave para la victoria está en la comparación de los tres mandatos de esa agrupación, desde 2003, con los dos del PSDB, de Cardoso, entre 1995 y 2002.
Así lo hizo ayer Dilma con la voz ajada, pero más nítida que el domingo, cuando propuso “comparen mi recesión con la de ellos, comparen lo que está ocurriendo en mi gobierno con los fantasmas del pasado, él (Aécio Neves) puede usar la retórica, pero la realidad es lo que importa”.
“Una vez más vamos a tener la confrontación de dos proyectos... y hay una peculiaridad, son proyectos que fueron puestos en práctica por gobiernos (del PT y PSDB) concretos.”
Así Dilma retoma un receta que se demostró exitosa, la de poner frente a frente lo hecho por los petistas y los socialdemócratas cada vez que estuvieron en el Palacio del Planalto. Fernando Henrique Cardoso dejó el gobierno en diciembre de 2002 con altos índices de desocupación, racionamiento de luz y una reprobación superior al 60 por ciento.
Allí está la razón por la que sus correligionarios social-demócratas evitaron incluirlo en la publicidad partida en las presidenciales de 2002, 2006 y 2010, vencidas por el PT, dos veces con Lula y la última con Dilma.
En esta campaña Aécio Neves modificó, en parte, la táctica publicitaria, pues en ocasiones mencionó a Cardoso, de quien rescató el programa económico conocido como Plan Real y las privatizaciones, que abarcaron desde las telecomunicaciones, la minería y el fin de monopolio estatal de la explotación petrolera.
Esa exhibición de Cardoso, que acaba de formular comentarios irónicos sobre Dilma, despierta alguna expectativa entre los petistas que saben que el ex gobernante resulta poco seductor para el electorado, más aún en el de clase baja, donde Lula sigue despertando pasiones como se vio en los actos que encabezó la semana pasada en San Pablo.
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