Martes, 25 de noviembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › UN GRAN TRIBUNAL DECIDIó NO PRESENTAR CARGOS CONTRA DARREN WILSON POR EL ASESINATO DE MICHAEL BROWN
El joven negro Brown, de 18 años, recibió varios disparos del uniformado, blanco, en agosto. El caso provocó fuertes protestas.
La comunidad de Ferguson, en Missouri, y la de todo Estados Unidos esperó con expectativa el fallo de un gran jurado (compuesto por nueve blancos y tres negros) en el crimen cometido por el policía blanco Darren Wilson contra Michael Brown, un joven que fue asesinado mientras se encontraba desarmado. El gran jurado decidió no imputar cargos penales a Wilson, al no encontrar indicios suficientes, según aseguró el fiscal Robert McCullock. Afuera del tribunal, los vecinos recibían la noticia menos esperada.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, había instado a los habitantes de la localidad sureña a manifestarse pacíficamente, sea cual fuere la decisión judicial. En tanto el gobernador de Missouri, Jay Nixon, pidió tranquilidad y tolerancia entre los pobladores de Ferguson tras conocerse el veredicto. Ante la relevancia del caso y con el antecedente de la ola de protestas de agosto, Nixon declaró la semana pasada el estado de emergencia para permitir el despliegue de la Guardia Nacional, con el objetivo de proteger a los ciudadanos y el derecho de manifestación.
Las fuerzas de seguridad ya habían dicho que no tenían pruebas contra Wilson. Sin embargo, aún quedaban las conclusiones de la investigación federal sobre derechos civiles y las investigaciones sobre la actuación de la policía de Ferguson. Familiares y amigos de Brown y activistas por los derechos humanos llevaban días manifestándose frente al gran tribunal a la espera del fallo. Ahora la causa podría reabrirse si surgen nuevas pruebas. Además, la familia de Brown podría lanzarse a la vía civil presentando una demanda contra el agente, aunque este tipo de acciones no suelen prosperar.
Brown, de 18 años, murió el 9 de agosto al recibir varios disparos de Wilson. El 20 de agosto, un jurado investigador formado por 12 personas comenzó a analizar las pruebas recabadas por la Fiscalía del condado de San Luis sobre la muerte de Brown, para determinar si había causa probable para juzgar al policía que le disparó, y que se encuentra retirado temporalmente del cuerpo de seguridad.
Medios locales publicaron la semana pasada informaciones sobre la investigación del jurado, entre ellas algunas que indican que varios testigos ofrecieron testimonios que apoyan la versión de Wilson de que disparó a Brown en defensa propia.
Según testimonios aportados por la policía, Brown se enfrentó a Wilson y trató de arrebatarle el arma. Mientras, la familia del joven y otros testigos dicen que estaba desarmado y alzando las manos en señal de rendición cuando Wilson le disparó en repetidas ocasiones. Un ex patólogo contratado por la familia de Brown que hizo una autopsia privada al cuerpo dijo que el adolescente había recibido seis disparos, dos de ellos en la cabeza. “Lo alcanzaron seis balas”, dijo Michael Baden, mostrando en un diagrama cómo las balas golpearon el cráneo de Brown, uno de sus ojos y su brazo y mano derechos.
La demora de las autoridades en revelar los detalles del hecho y, sobre todo, en dar a conocer la identidad de Wilson, dio lugar a una ola de protestas, que rápidamente derivó en disturbios que obligaron a un despliegue de la Guardia Nacional y se saldó con decenas de detenidos y numerosos destrozos. El caso de Brown, junto al de Trayvon Martin, otro joven afroamericano asesinado a tiros por un vigilante de barrio en Florida, reavivaron el debate racial y la violencia policial en Estados Unidos.
El viernes pasado, Obama llamó a evitar la violencia en las protestas convocadas en Ferguson ante el inminente fallo judicial. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) envió a cien agentes al área de San Luis, donde está Ferguson, que se sumaron a los ya desplegados sobre el terreno y a un segundo contingente listo para desplazarse a la localidad en caso de que sea necesario. La Guardia Nacional también está en alerta para ayudar a la policía estatal y local en un escenario de violentas protestas, como las que ya obligaron en agosto a su despliegue.
En agosto, cuando los Soldados de la Guardia Nacional estadounidense fueron desplegados para intentar detener las violentas protestas desatadas por la muerte de Brown, Obama admitió que le había pedido a Nixon un uso limitado de esa fuerza para sofocar las protestas en Ferguson, localidad de mayoría afroamericana. El gobernador, un demócrata que ya había relevado a la policía local reemplazándola por la Patrulla de Carreteras estatal, respondió que había tomado la decisión de desplegar a la Guardia Nacional en Ferguson para proteger a sus ciudadanos.
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