El Legislativo venezolano aprobó este domingo los superpoderes “antiimperialistas” pedidos por el presidente izquierdista Nicolás Maduro para gobernar por decreto hasta fin de 2015 en materia de seguridad y defensa, en medio de una creciente tensión con Estados Unidos. La ley habilitante permitirá a Maduro legislar para “la protección contra la injerencia de otros estados en asuntos internos de la república, acciones belicistas o cualquier actividad externa o interna que pretenda violentar la paz”, señala el texto aprobado.

“Esta Asamblea declara sancionada esta ley”, dijo el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, luego de un voto a mano alzada con la negativa de la oposición, que teme que Maduro aproveche para recortar las libertades individuales. La tensión con Estados Unidos –que hasta ahora no afectó las ventas venezolanas de casi un millón de barriles diarios de petróleo– volvió a subir esta semana cuando el presidente Barack Obama emitió un decreto ejecutivo que califica la situación en el país sudamericano como “amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”.

Luego de aprobar la norma, Cabello se trasladó a las puertas del Palacio de Gobierno para entregarle a Maduro la ley frente a varios miles de simpatizantes del gobierno, muchos de ellos con el uniforme de la paramilitar Milicia Nacional Bolivariana. En un discurso difundido en cadena nacional de televisión cargado de improperios hacia los opositores y virulentamente crítico de Washington, Maduro dijo que EE.UU. podrá “tener el poder de los medios, el poder del dólar, y el poder de una fuerza militar asesina, pero nosotros somos una potencia moral”.

Poco antes el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, había advertido que “no podemos descartar la intervención militar” de Estados Unidos en Venezuela, razón por la cual “hemos comenzado a elevar los niveles de apresto de la fuerza armada nacional”. El sábado iniciaron dos semanas de gigantescas maniobras militares con participación de cien mil militares y civiles.

Para la oposición venezolana, la ley habilitante podría ser utilizada para recortar las garantías individuales con el argumento del riesgo del enemigo externo. “La ley habilitante antiimperialista será un instrumento contra el enemigo interno (...) orientada a socavar los derechos humanos”, señaló por su lado Rocío San Miguel, titular de la organización no gubernamental Control Ciudadano, especializada en temas militares y de seguridad. El principal líder opositor y dos veces candidato presidencial, Henrique Capriles escribió este domingo en su blog: “Una ley habilitante no faculta para gobernar a quienes no saben hacerlo”, y agregó que “la crisis (venezolana) nada tiene que ver con imperios ni con guerras económicas”.

La ley habilitante es un dispositivo constitucional que permite al jefe de Estado gobernar por decreto en temas específicos durante un período.

Una habilitante debe ser aprobada por la mayoría especial del 60 por ciento de los diputados. La anterior vez que el presidente solicitó superpoderes –para legislar por un año en temas económicos– fue a fines de 2013. Bajo esa ley habilitante, Maduro sancionó unas cuatro decenas de decretos con fuerza de ley, entre ellos, límites a ganancias empresariales, centralización de la distribución de alimentos e impuestos específicos a la renta y al consumo.

En ese mismo año, Venezuela enfrentó una degradación económica caracterizada por un déficit fiscal de 20 por ciento del PBI, una caída de la actividad económica de 4 puntos, inflación cercana al 70 por ciento y una pertinaz penuria de alimentos y medicinas.