Martes, 31 de marzo de 2015 | Hoy
EL MUNDO › EL OBJETIVO DE LAS NEGOCIACIONES ES ALCANZAR UN ACUERDO SOBRE EL PROGRAMA NUCLEAR IRANí
En la víspera a que termine el plazo para cerrar un pacto de principios, todavía quedaban escollos por resolver, como la duración del acuerdo, el levantamiento de las sanciones de la ONU y el mecanismo de garantía y control.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Irán y las seis potencias del grupo 5+1 negociaban anoche en Lausana terminar con los últimos obstáculos para alcanzar un acuerdo político, considerado “factible” sobre el programa nuclear iraní. En la víspera a que termine el plazo para cerrar un pacto de principios que podría modificar el paisaje político de Medio Oriente, todavía quedaban varios escollos por resolver, avisaron diplomáticos occidentales.
El objetivo de las negociaciones es alcanzar un acuerdo político sobre el programa nuclear iraní, que permitiría a continuación negociar hasta el 30 de junio un acuerdo definitivo con todos los detalles técnicos. Los diplomáticos occidentales buscan llegar a un pacto por el cual Teherán garantice sin la menor sombra de duda la naturaleza civil de su programa nuclear, a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian su economía desde hace años.
Según explicó un diplomático occidental, las negociaciones estaban bloqueadas en tres puntos clave: la duración del acuerdo, el levantamiento de las sanciones de la ONU y el mecanismo de garantía y control. “No puede haber acuerdo si no se encuentra una respuesta a esas cuestiones”, agregó el diplomático, que pidió el anonimato, y enfatizó en que “llegado el momento, hay que decir sí o no”. Otro punto clave es qué hacer con el arsenal nuclear iraní. Se barajan posibilidades de que pueda enviarse a otro país.
Fuentes diplomáticas occidentales dijeron el domingo que en algunas áreas de este complicado rompecabezas se estaba cerca de alcanzar un acuerdo. Entre éstas, el número de centrifugadoras, que Irán habría aceptado reducir de las casi 20.000 actuales (la mitad de ellas activas) a 6000. Además, la planta subterránea de Fordo, cerca de la ciudad santa de Qom, podría seguir funcionando bajo condiciones muy estrictas. En cambio, Teherán desmintió categóricamente que hubiera aceptado exportar todo o parte del uranio débilmente enriquecido que tiene almacenado, que asciende a unas 800 toneladas. “No tenemos la intención de enviar el uranio enriquecido almacenado al extranjero. Pero hay otras soluciones para crear confianza”, declaró el negociador Abas Araghchi.
Con todo, los negociadores iraníes se mostraron optimistas con la posibilidad de cerrar un acuerdo. “Alcanzar un acuerdo es factible. Hemos encontrado soluciones para numerosas cuestiones. Estamos trabajando todavía en dos o tres temas”, dijo Araghchi.
Sin embargo, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, anunció ayer que abandonaba Lausana por unos compromisos previstos en Moscú y su portavoz dijo que regresaría hoy “si existe una posibilidad real de acuerdo”. Por su parte, su colega alemán, Frank Walter Steinmeier, dijo que después de 18 meses de diálogo, habían llegado al “de-senlace”. Steinmeier comentó que las negociaciones nucleares con Irán están en una fase “difícil” y “crítica”, aunque destacó que hubo “mucho progreso” en los últimos días. “No dejaremos de intentar todo lo posible” para alcanzar un pacto, aunque “tampoco se permitirá un mal negocio” con los iraníes, señaló el ministro alemán. Las últimas decisiones a tomar son las más difíciles y les cuestan especialmente mucho a los iraníes”, agregó.
Incluso antes de que ningún acuerdo se haya cerrado, sus oponentes ya han comenzado a criticarlo, preocupados por si no será suficiente para impedir que Irán se haga con la bomba atómica. Esto incluye a la oposición republicana del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien después de tildar el acuerdo de “peligroso” el domingo volvió a la carga ayer: “El acuerdo que se perfila en Lausana envía el mensaje de que no solamente no se castiga la agresividad, sino que además se la recompensa”, afirmó Netanyahu, que criticó a las grandes potencias que “cierran los ojos” ante el apoyo aportado por Irán a las fuerzas rebeldes chiítas en Yemen. También Arabia Saudita insistió en que Irán intenta fabricar un arsenal nuclear, y esta posición común ubica en una alianza impensada e improbable entre Israel y Arabia Saudita.
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