El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, criticó ayer a Jorge Bergoglio por el reciente sermón en el que aludió al genocidio armenio. “Condeno al Papa y quiero advertirle: espero que no vuelva a cometer un error de ese tipo”, dijo el jefe de Estado en un discurso ante representantes de la Asociación de Exportadores de Turquía, que fue transmitido en directo por la cadena NTV. Ankara endureció anteayer su posición frente al Papa –además de advertir que tomará medidas contra el Vaticano–, cuando el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, dijo que usar el término genocidio en el contexto de lo ocurrido hace un siglo revelaba una postura contradictoria y discriminatoria por parte del Vaticano. La comunidad armenia en Argentina consideró iracundas las críticas del presidente turco.

Erdogan señaló que cuando los políticos y los religiosos asumen el trabajo de historiadores no dicen verdades, sino estupideces. A su vez, el mandatario recordó que el año pasado expresó sus condolencias por la tragedia armenia, pero subrayó que esta misma postura debe adoptarse respecto de lo que sucedió con los tártaros de Crimea, de etnia turca, o los circasianos en el Cáucaso. Decenas de miles de circasianos murieron durante el siglo XIX ante el avance del Imperio ruso y otros cientos de miles tuvieron que dejar su territorio en el Cáucaso.

“Ya dije entonces que mientras los armenios morían en nuestro país, a los otomanos los mataban en otros países, en algunos casos, por parte de armenios”, rememoró ayer el presidente turco. Y se lamentó enormemente porque el Papa decidiera definir como genocidio el sufrimiento de los armenios, “junto al de todos los pueblos de nuestra geografía”, con los musulmanes en primer lugar. “En nuestros encuentros (con el Papa) he visto a un político diferente. No digo un hombre de religión sino a un político. Pero estas declaraciones lamentablemente reflejan la mentalidad que ha llevado a la masacre de millones de personas en la historia”, dijo Erdogan en referencia a las Cruzadas.

“Quiero subrayar que no permitiremos que los hechos históricos se saquen de contexto y se conviertan en una campaña contra nuestro país”, prometió el jefe de Estado. Como solución para resolver la disputa, Erdogan propuso que los historiadores investiguen el asunto. “Nosotros abrimos nuestros archivos. Los armenios deberían abrir los suyos también y, si tienen, mostrar sus documentos. Estamos dispuestos a abrir también los archivos de nuestro ejército”, sostuvo. En declaraciones a la agencia de noticias turca Anadolu durante una visita a Mongolia, el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, insistió en la versión oficial turca de los hechos que ocurrieron hace 100 años.

“Las medidas que se tomen contra el Vaticano se harán públicas después de nuestras deliberaciones”, anunció en una rueda de prensa en Ulón Bator, capital de Mongolia, según citaron medios de comunicación turcos. Al utilizar expresiones del fallecido papa Juan Pablo II, redactadas en 2001, Francisco se refirió el domingo al “atroz y descabellado exterminio” de los armenios, que “generalmente es considerado como ‘el primer genocidio del siglo XX’”. Pese a esa formulación, la reacción turca fue inmediata y contundente.

El Ministerio de Exteriores convocó al nuncio papal en Ankara, Antonio Lucibello, para entregarle una nota formal de protesta. Además, Turquía llamó a consultas a su embajador en el Vaticano, Mehmet Paçaci, quien regresó al país. Çavusoglu subrayó que genocidio es un concepto jurídico y el Papa lo usó para la tragedia en 1915, mientras duda en utilizarla para masacres en Bosnia y Ruanda, donde la prosecución de ese delito fue confirmado por decisiones judiciales. “Lamentablemente, la historia se convirtió en un instrumento de la política. Antes que nada, un hombre religioso debería haber mandado un mensaje de fraternidad, paz y tolerancia frente al reciente aumento del racismo, la discriminación, la xenofobia y la intolerancia “, puntualizó el ministro.

A Çavusoglu se unió el jefe de la oficina estatal de asuntos religiosos de Turquía (Diyanet), Mehmet Görmez, quien afirmó que el Vaticano está influenciado. “Es perturbador que grupos de presión políticos y empresas de relaciones públicas han extendido sus actividades a instituciones religiosas”, dijo Görmez, citado por la agencia Anadolu. Asimismo, el funcionario se lamentó por los comentarios del papa Francisco, a los que describió como alegaciones sin fundamento.

Por su parte, el presidente del Parlamento turco, Cemil Çiçek, condenó las palabras del Papa y las calificó de injuriosas. “Es una declaración que provoca discriminación política, racismo y agitación del odio”, dijo Çiçek. En la misma línea que Görmez, el primer ministro turco, Ahmut Davutoglu, mostró su malestar el domingo y consideró que el pontífice actuó bajo ciertas influencias debido a su ignorancia o conocimiento insuficiente de la historia. En este contexto, expresó su esperanza de que la máxima autoridad del catolicismo reconsidere su postura.

Sobre las expresiones de Erdogan, Jorge Dolmadjian, miembro de la Comisión Conmemorativa del Centenario del Genocidio Armenio en Argentina, señaló que son una reacción desmedida y hasta en cierto punto reflejan una ira y un odio que no se justifican. En Argentina reside una comunidad de 100.000 armenios, la mayor en América latina. Líderes de la colectividad también criticaron las declaraciones del ministro de Asuntos Europeos, Volkan Bozkir, quien atacó el lunes al Sumo Pontífice, al afirmar que es de Argentina, un país que dio la bienvenida a los nazis, que fueron los principales autores del Holocausto judío.

Para Dolmadjian, los dichos de Erdogan causan preocupación en la comunidad armenia en Argentina porque alientan reacciones ultranacionalistas. “Hay que prestar atención y alertar al mundo respecto de las medidas que puedan tomar hacia las minorías dentro de su país”, afirmó. Sin embargo, admitió que los armenios-argentinos no se asombraron por la referencia que hizo el Papa a un genocidio. “El papa Francisco ha sido coherente respecto de este tema porque cuando era arzobispo de Buenos Aires muchas veces ofició misas en conmemoración de los mártires del genocidio todos los 24 de abril”, fecha en la que se recuerda la masacre, afirmó.

El gobierno de Armenia, país independiente desde 1991, estima que cerca de 1,5 millón de personas fue exterminado entre 1915 y 1917 y que se trató de un genocidio. Turquía considera los asesinatos de armenios cristianos en esos años como un conflicto armado más dentro del contexto de la Primera Guerra Mundial, en el que también murieron muchos musulmanes. La polémica, iniciada el domingo tras el sermón del Papa, se produce a 10 días de la conmemoración internacional del centenario del genocidio armenio y a menos de dos meses antes de las elecciones generales turcas.