Miércoles, 29 de abril de 2015 | Hoy
EL MUNDO › EN BALTIMORE, MILES DE SOLDADOS Y POLICíAS VIGILAN LAS CALLES TRAS LA PROTESTA RACIAL
Los disturbios, incendios y saqueos ocurrieron anteayer tras el funeral del joven afroamericano Freddie Gray, quien falleció bajo custodia policial. El presidente Obama llamó al país a hacer un “examen de conciencia”.
La tensión racial se instaló como un espectro en la ciudad de Baltimore, a 65 kilómetros de la Casa Blanca. Tras los disturbios de anteanoche, el gobierno estadounidense declaró esa urbe en estado de emergencia y desplegó 1500 soldados de la Guardia Nacional para prevenir nuevas revueltas. Los incidentes fueron ocasionados por afroamericanos que protestaron por la aún poco clara muerte de Freddie Gray, quien falleció hace dos semanas a causa de una seria herida en la espina dorsal mientras estaba bajo custodia policial. El mandatario norteamericano, Barack Obama, condenó duramente los disturbios y el accionar de aquellos manifestantes que aprovecharon la protesta para cometer robos y actos de vandalismo.
La Guardia Nacional se distribuyó ayer por Baltimore y cientos de voluntarios realizaron tareas de limpieza, ya que la calles quedaron repletas de cristales rotos y escombros a causa de los disturbios del lunes por la noche. Las autoridades informaron que un total de 144 automóviles y 15 inmuebles fueron incendiados por algunos manifestantes que aprovecharon la revuelta para realizar actos de vandalismo. Si bien no se registraron disturbios nuevamente, las autoridades permanecieron alertas ante la posibilidad de otro brote de saqueos e incendios provocados.
La ciudad se encuentra bajo un toque de queda desde las diez de la noche hasta las cinco de la mañana, las escuelas públicas no dictaron clases y la Guardia Nacional rodeó el ayuntamiento, resguardados tras barreras de metal. Es la primera vez que este cuerpo de seguridad es convocado para apaciguar disturbios en Baltimore desde 1968, cuando algunos de los mismos barrios estuvieron en llamas durante días tras el asesinato de Martin Luther King Jr.
Ante los disturbios, el presidente estadounidense consideró ayer que las múltiples denuncias de violencia policial contra afroamericanos plantean “preguntas preocupantes”, y llamó al país a hacer un “examen de conciencia” no sólo sobre la policía, sino también sobre las causas de la pobreza y criminalidad entre los jóvenes. “Hemos visto demasiadas instancias de lo que parecen ser policías interactuando con individuos, principalmente afroamericanos, a menudo pobres, de formas que plantean preguntas preocupantes”, dijo Obama en una conferencia de prensa después de reunirse con el primer ministro japonés, Shinzo Abe. “Lo que yo diría es que esto ha sido una crisis que se ha desarrollado lentamente. Esto lleva sucediendo mucho tiempo. Esto no es nuevo, y no deberíamos fingir que es nuevo. Esto lleva ocurriendo décadas”, señaló Obama en referencia al asesinato del afroamericano Michael Brown, ocurrido el año pasado en Ferguson, Missouri, donde fue baleado por un efectivo mientras estaba desarmado.
Obama expresó que no hay excusas para ejercer violencia, y señaló que algunos manifestantes efectuaron saqueos y actos de vandalismo.”Si algunos individuos toman barras y comienzan a golpear para abrir puertas y saquear, no protestan. No hacen ninguna declaración ni pedido, están robando”, agregó. El mandatario estadounidense sostuvo que debe haber una “completa transparencia y rendición de cuentas” en la investigación sobre la muerte de Gray, pero destacó que el caso no justifica “la violencia y destrucción sin sentido” en Baltimore.
Por otro lado, Obama respaldó las decisiones de la intendenta de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, con quien habló personalmente el lunes por la noche, y sostuvo que los saqueos y los incendios “destruyen y minan los negocios de sus propias comunidades y acaban con los empleos y las oportunidades de la gente en esa área”. El mandatario norteamericano reivindicó, en cambio, las manifestaciones “pacíficas” que en los últimos días “se centraron en preocupaciones completamente legítimas de estas comunidades en Baltimore, que fueron constructivas y sensatas”, dijo.
La intendenta de Baltimore fue criticada por los medios por haber tardado varias horas en solicitar la declaración de estado de emergencia. Rawlings-Blake dijo que las autoridades creían que ya tenían bajo control las protestas que se habían desatado el fin de semana, cuando 34 personas fueron detenidas y seis policías resultaron heridos en los disturbios iniciales por la muerte de Gray. “Yo entiendo la furia, pero lo que vemos no es furia. Es la destrucción de una comunidad. La misma comunidad que dicen querer tanto es la que están destruyendo. Es una contradicción”, expresó.
Por su parte, el capitán de la policía de Baltimore, John Kowalczky, dio la orden a los ciudadanos de seguir todas las instrucciones brindadas por las autoridades. Además, expresó que se reprimirá con mayor violencia cualquier tipo de disturbio. “Ahora verán el uso del gas lacrimógeno. Usaremos los métodos apropiados para preservar la seguridad”, dijo.
Mientras la tensión sigue creciendo en Baltimore, un joven negro murió baleado por la policía de la ciudad de Detroit. La víctima, identificada como Terrance Kellom, estaba en su casa y estaba sospechada de un robo armado contra un repartidor de pizza que sucedió hace casi un mes.
Después de días de protestas pacíficas por la muerte del joven Freddie Gray, quien falleció bajo arresto tras recibir un fuerte golpe en la espina dorsal, el caos se desató el lunes por la noche tras su funeral, cuando cientos de adolescentes comenzaron a arrojar piedras, ladrillos y botellas a los efectivos policiales. La policía local prometió poner a disposición 500 agentes adicionales para evitar futuros disturbios, pero evitó referirse a la situación actual de los seis efectivos involucrados en el arresto y muerte de Gray.
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