Miércoles, 3 de febrero de 2016 | Hoy
EL MUNDO › TRAS SU TRIUNFO EN LAS ELECCIONES PRIMARIAS REPUBLICANAS DEL ESTADO DE IOWA EN EE.UU.
Alrededor del 56 por ciento de los residentes de Iowa se consideran “protestantes fuertes” y casi dos tercios de los que votaron se describen como evangélicos. Desde su primer viaje a Iowa, hace tres veranos, Cruz se preparó bien.
Por Andrew Buncombe *
Habiendo dejado de lado a todos los rivales, Ted Cruz, el conservador de Texas, estaba seguro de quién merecía el elogio. Que la gloria sea de Dios. En una campaña ya en esta temprana etapa llena de intrigas y sorpresas, Cruz, el antimatrimonio gay, el hijo antiaborto de un inmigrante cubano cuyos discursos formales festejan a la derecha evangélica, consiguió un resultado inesperado en Iowa.
Ya en la próxima parada en su carrera por la nominación republicana, New Hampshire, Cruz, de 45 años, se deleitaba ayer por su logro al derrotar al aparentemente inexpugnable Donald Trump. No habrá sido un milagro, tal vez, pero Cruz describió su victoria en el estado Hawkeye como resultado de “valores judeocristianos”, un éxito para las “raices conservadoras”. También fue el resultado de un cortejo constante, de nutrir a la derecha cristiana. Su victoria se había asegurado por los votos de los evangélicos de Iowa, que son numerosos. Alrededor del 56 por ciento de los residentes de Iowa se consideran “protestantes fuertes” y casi dos tercios de los que votaron se describen como evangélicos.
Desde su primer viaje a Iowa, hace tres veranos, Cruz estaba preparando su camino hacia los caucus. The Washington Post informó que su padre, Rafael, viajó a cada rincón del estado, “una y otra vez”, contó la historia de su emigración desde Cuba y atestiguó sobre el “carácter, convicción y el conservadurismo” de Cruz.
Según los informes, para ejecutar su campaña de Iowa, Cruz eligió un ex pastor bautista llamado Bryan Inglese que tenía “lazos profundos” con las redes evangélicas. En la sede de Cruz en Houston, un equipo invirtió varios millones de dólares en una operación de datos analítica sobre Iowa. Mientras que Donald Trump se había asegurado el apoyo de Jerry Falwell Jr., el presidente de la Universidad Cristiana de la Libertad y el hijo del fallecido e influyente Jerry Falwell padre, muchos encontraron que el repentino abrazo de Trump a la fe, “falsa”.
No hay nada falso sobre Cruz. Como procurador general de Texas, defendió una ley federal que prohíbe el aborto parcial de nacimiento. Ha luchado contra la planificación familiar.
El casado padre de dos hijos, que una vez declaró que “cualquier presidente que no comienza cada los días de rodillas no es apto para ser comandante en jefe de este país”, perturba a los liberales. ¿Por qué? Dice que va a derogar “hasta la última palabra” de Obamacare, y alcanzó los titulares con una maniobra obstruccionista de 21 horas para desfinanciar el programa médico. No cree en el cambio climático y quiere ampliar la extracción de petróleo. Se opone al estricto control de armas y está en contra de la igualdad de derechos para las personas transgénero.
Un senador de primer término y conservador fiscal del movimiento del Tea Party que surgió de la derecha, hace seis años, Cruz se ha presentado a sí mismo como un fuerte halcón de política exterior. Se comprometió a destruir al Estado Islámico hasta el olvido en un discurso en el que dijo: “No sé si la arena puede brillar en la oscuridad, pero vamos a averiguarlo”.
En enero, su campaña comenzó un “equipo nacional de oración” para “establecer una línea directa de comunicación entre nuestra campaña y los miles de estadounidenses que nos están levantando ante el Señor”. Además de los mítines políticos habituales, apareció regularmente en las iglesias. Los resultados de la votación del lunes muestran que mientras Cruz aseguró el apoyo del 33 por ciento de los evangélicos, Trump ganó apenas el 21 por ciento.
Si al conservadurismo social de Cruz le va en New Hampshire como lo hizo en Iowa, aún está por verse. Pero ayer estaba saboreando su victoria. “Este es el poder de las bases conservadoras”, le dijo a CNN. “Una de las mayores mentiras que se dicen en la radio ...es que este país adoptó de alguna manera el gran gobierno de Barack Obama”, y agregó: “Eso no es cierto. Este es un país de centro derecha. Este es un país construido sobre los valores judeocristianos”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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