El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, reapareció en un acto público luego de nueve meses el pasado jueves. Castro, de 89, habló acerca de la educación en Cuba, tras criticar una semana antes la visita del presidente Barack Obama a La Habana.

En el marco de un acto homenaje a Vilma Espín, esposa de su hermano Raúl, fallecida en el 2007 y considerada una heroína de la revolución, Castro conversó de manera muy animada con estudiantes de primaria y maestros del complejo educacional Vilma Espín. “Estoy seguro de que un día como hoy, Vilma estaría muy contenta por lo que estaría viendo. Ella sacrificó su vida. Todo el que muere luchando por la revolución va dejando energía en el camino, y lucha por eso”, destacó el ex presidente en relación a la labor de Espín en favor de la educación. Esta idolatrada mujer murió a los 77 años de edad, reconocida por ser una de las luchadoras más importantes en la contienda política cubana, fue la fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

La escuela cubana es gratuita y cubre al cien por ciento de los habitantes, por eso el ex presidente se dedicó a remarcar los beneficios en esta celebración del 86 aniversario del nacimiento de Espín: “Para los que estamos acá consideramos un privilegio estar en esta escuela hoy, porque este tipo de escuela se va acercando a una especie de sueño. Trataba de recordar si conocía algún lugar donde existiera una escuela como esta. No aparece ese lugar”. También habló sobre salud y alimentación.

La Escuela Vilma, ubicada en el habanero municipio Playa, fue inaugurada el 9 de abril del 2013 y cuenta con 43 trabajadores entre maestros, auxiliares y personal de servicio, dice el portal web de noticias 14 y medio. El centro docente tiene estudiantes desde Círculo Infantil hasta sexto grado y prevén próximamente incluir la enseñanza secundaria para 60 alumnos.

A Castro se lo había visto por última vez en julio de 2015, en un acto junto a los trabajadores civiles de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Defensa y Ministerio del Interior), que se dedican a la elaboración de alimentos. La televisión cubana que también había mostrado aquel encuentro, transmitió el último discurso del líder al ritmo de una voz ronca, que con casi 90 años hace escasas apariciones públicas. Se lo vio siempre sentado y con un atuendo deportivo que constaba de una chaqueta blanca con franjas oscuras, una gorra de béisbol azul y la barba característica que es su marca registrada.

La aparición del jueves resulta clave ya que se realizó antes de que se instale el Séptimo Congreso del gobernante Partido Comunista,que tendrá lugar el 16 de abril. Este acto es de gran importancia porque se rige bajo un modelo de partido único como el de Cuba, y es donde se definirá el rumbo económico y político del país para los próximos cinco años, entre otros temas.

Una semana después de la visita a Cuba del presidente Barack Obama, que se dio entre el 20 y el 23 de marzo, Castro rompió el silencio y dio su opinión al respecto en una editorial publicada en Granma, el periódico oficial del Partido Comunista Cubano. El artículo titulado “Hermano Obama” estableció críticas por la llegada del mandatario estadounidense. “No necesitamos que el imperio nos regale nada. Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos”, aseguró y continuó: “El pueblo de este noble y abnegado país no renunciará a la gloria, los derechos y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura”.

Obama restableció en el 2015 las relaciones entre Estados Unidos y Cuba después de medio siglo, pronunció un discurso en el que proclamó el fin de la Guerra Fría y extendió una mano al régimen de los hermanos Castro, pese al embargo que aún castiga a la isla y las diferencias en materia de derechos humanos. Propuso olvidar el pasado y mirar el futuro. En base a esto, Castro, histórico antagonista del país del norte de América, consideró que Obama utilizó “las palabras más almibaradas” y destacó que los cubanos corrieron el riesgo de un infarto al escuchar al presidente de los Estados Unidos hablar de cubanos y estadounidenses como “amigos, familias y vecinos”.

Castro dejó el poder en el 2006 por una enfermedad y cedió el mando de la isla a su hermano Raúl (84 años). Debido a sus prolongadas ausencias, se generaron rumores acerca de su salud, ya que se había encontrado al borde de la muerte cuando tomó la determinación de alejarse del poder. De cualquier manera, a pesar de estar apartado de la dirección política de Cuba, suele recibir a diferentes líderes mundiales en su casa en La Habana, ubicada al Oeste de la ciudad. Se reunió en febrero con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Kyril, y con el ex mandatario uruguayo José Mujica. A su vez, la televisión lo había mostrado en agosto del año pasado mientras daba un paseo junto a los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y el de Bolivia, Evo Morales, que lo visitaron el día de su cumpleaños.