Los talibán golpearon al gobierno del presidente Ashraf Ghani con un atentado que dejó al menos 40 muertos y más de 300 heridos, en su mayoría civiles, en Kabul. Se trata del primer ataque de magnitud tras el lanzamiento de la denominada ofensiva de primavera. El atentado se produjo en momentos en que el gobierno trata de mantener viva la oferta de diálogo con los grupos insurgentes del país y obligó al jefe de gobierno, Abdullah Abdullah, a suspender temporalmente una visita a Pakistán que renueva las acusaciones de Kabul a Islamabad por el apoyo al talibán. Una semana después de haber anunciado el inicio de su habitual ofensiva anual, un camión bomba explotó en una zona de estacionamiento y talleres mecánicos situada en un área de alta seguridad de la capital afgana. El ministerio de Interior indicó que el atentado iba dirigido contra el Directorio Nacional de Seguridad de Afganistán (NDS).