EL MUNDO › LO QUE GEORGE W. BUSH DIRA HOY

El mensajero en jefe

Por Rupert Cornwell*
Desde Washington

En una apuesta calculada para restar impulso a los demócratas, el presidente George Bush pronunciará esta noche un mensaje del Estado de la Unión en que se retratará a sí mismo como un estadista por encima de la contienda y, al mismo tiempo, establecerá los temas principales de su campaña de reelección de 2004. El discurso, de una hora de duración, probablemente no incursionará en temas nuevos. En lugar de eso, la idea es presentar al presidente como un líder probado y unificador, en contraste con los ocho demócratas que están luchando para reemplazarlo, luego de su feroz y divisiva batalla en los caucuses de Iowa.
Como admiten en privado funcionarios de la Casa Blanca, la fecha de esta noche fue elegida cuidadosamente, ya que da al presidente una hora ininterrumpida de transmisión televisiva en la hora de máxima audiencia para defender su posición, enfatizando una agenda optimista y positiva –en fuerte contraste con los candidatos demócratas que han estado apilando denuestos contra él y entre ellos en proporciones parecidas–. En su mensaje, Bush no aludirá al embarazoso fracaso en la empresa de encontrar las presuntas armas de destrucción masiva de Irak, la justificación principal para la invasión de marzo. Y evitará ese tema por buenas razones. Hacer lo contrario sería sólo un recordatorio de que sus aseveraciones en su mensaje del Estado de la Unión de 2003, en el sentido de que Saddam planteaba una “seria y creciente amenaza” a Estados Unidos, y las tristemente céneres 16 palabras en que afirmó que el derrocado líder iraquí había estado tratando de comprar uranio en Africa para fabricar un arma nuclear, han sido totalmente desmentidas por los hechos. En lugar de eso, el presidente apuntará a la captura de Saddam Hussein y a la decisión de Libia de abandonar sus programas de armas de destrucción masiva, como pruebas de que su decisión de invadir fue correcta y que justifican las 500 vidas de soldados que ha costado hasta ahora. En otro esfuerzo para vender sus credenciales como defensor de la seguridad nacional –que los republicanos consideran su carta de triunfo para su reelección en noviembre– Bush también reivindicará grandes éxitos en la guerra contra el terrorismo.
Sin embargo, la mayor parte de su mensaje tratará de temas económicos. Insistiendo en que la recuperación está en marcha, se espera que formule propuestas específicas en los campos de la salud y de una semiprivatización del sistema de jubilaciones, un tema que fue muy importante en su campaña de 2000 para la Casa Blanca. Con el plan de Bush, los trabajadores podrían invertir en la Bolsa parte de los impuestos de jubilaciones que pagan actualmente.
Sobre la salud, el discurso contendrá también propuestas para ampliar la cobertura médica y reducir los costos, que ahora alcanzan un nivel sin precedentes del 15 por ciento del Producto Bruto Interno. Pero con el déficit federal en su propio record a unos 500.000 millones de dólares –un 5 por ciento del PBI– hay poco dinero disponible para financiar nuevas iniciativas.
En público, la Casa Blanca insiste en que Bush no va a organizar el equivalente de un baile de gala para lanzar su campaña de reelección. Pero, sea como fuere, la campaña ha empezado desde hace rato. El gobierno está lanzando silenciosamente programas para ayudar a Bush en estados clave, incluyendo un laboratorio de investigación animal en Iowa y ayuda financiera para los cultivadores de naranjas en Florida, dos estados que estuvieron al filo de la navaja en las elecciones de 2000. Horas después de pronunciar el Estado de la Unión, el presidente se irá mañana de Washington para visitas de campaña a Ohio, Nuevo México y Arizona, tres Estados que necesita conquistar en las elecciones generales.
Los republicanos esperan conseguir Nuevo México, que Al Gore se llevó por poco en 2000. En Ohio, un estado tradicionalmente oscilante que fue ganado por Bush hace cuatro años, la depresión en la tradicional economíaindustrial les ha dado a los demócratas nuevas esperanzas de victoria. El rápido crecimiento de la población hispana provocó que Arizona, tradicionalmente republicana, sea una apuesta más insegura que en otros tiempos. Para los demócratas, sin embargo, las primarias son el foco. Después de su fluctuación y su lucha cansadora en Iowa, los candidatos se dirigieron a New Hampshire para la última semana de campaña antes de la primaria del 27 de enero.
Ninguno de ellos pierde el tiempo. Después de su crecimiento en las encuestas en Iowa, el senador por Massachusetts, John Kerry, programó para las 7 de la mañana su partida hacia el aeropuerto de Manchester, New Hampshire, aunque se informó que había perdido su voz ayer, después de dos semanas de implacable campaña de 18 horas por día.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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