EL MUNDO › LIBERARON A LAS COOPERANTES ITALIANAS EN IRAK
El día universal del rehén
La situación de los secuestrados en Bagdad cambió ayer con la liberación de “las dos Simonas” capturadas hace tres semanas y de tres egipcios. Se mantenía el misterio por el británico y los franceses.
Por Cahal Milmo y Patrick Cockburn*
Desde Londres y Bagdad
Las dos voluntarias italianas secuestradas en Irak durante tres semanas fueron liberadas por sus captores ayer entre informes de que se había pagado un rescate de un millón de dólares y se había accedido a trasladar a 15 enfermos iraquíes a hospitales en Italia a cambio de su libertad. Simona Pari y Simona Torretta, ambas de 29, fueron entregadas a la Cruz Roja italiana en Bagdad a través de mediadores luego de que fueran secuestradas por varios hombres armados que asaltaron las oficinas de su organización de caridad en Bagdad, el 7 de septiembre.
La movida, que fue aclamada por el primer ministro italiano Silvio Berlusconi como un “momento de júbilo”, llegó mientras la familia del británico secuestrado, Kenneth Bigley, mantenía la presión sobre el primer ministro Tony Blair, para que intervenga en favor de su liberación. Los presuntos secuestradores de Bigley difun-dieron ayer un comunicado en el sitio islámico AlQahah.com en el que anticipan su próxima libera-ción, información que no fue con-firmada ni refutada por el gobierno británico.
Blair, al pronunciar su discurso de apertura en la conferencia del Partido Laborista (ver nota abajo), inició su alocución expresando “su apoyo y solidaridad” hacia Bigley y su familia. Minutos antes, el viceprimer ministro John Prescott intentó descomprimir las críticas al rechazo británico a negociar con los secuestradores, señalando que todos los caminos estaban siendo explorados. Prescott declaró: “To-ny Blair está trabajando como los demonios y haciendo todo lo que puede para ver si podemos prevenir cualquier circunstancia trágica que pueda surgir de esto”.
Una delegación de dos hombres del Consejo Musulmán de Gran Bretaña, que regresó de Irak ayer, en la misión para abogar por la vida de Bigley, dijo que creían que el británico todavía estaría con vida. Daud Abdullah y Musharraf Hussain dijeron que había habido “tremenda buena voluntad” entre los clérigos y líderes musulmanes para asegurar su liberación. Abdullah dijo: “No tengo pruebas de que esté muerto, mientras no haya prueba, creo que sigue con vida. La gente comparte esta visión de que está vivo”. La oficina de Servicio Exterior dijo ayer que estaba explorando la credibilidad de las demandas del sitio de Internet islámico según las cuales el grupo quería cambiar a Bigley por sospechosos de terrorismo detenidos sin proceso en la prisión de Belmarsh, al sur de Londres.
Por otro lado, había informes no confirmados de que tres de los egipcios secuestrados en Irak habían sido liberados. Y según los supuestos secuestradores de los dos periodistas franceses, Christian Chesnot y George Malbrunot serían liberados pronto, pero la cancillería francesa dijo desconocer la información.
En Italia, las noticias de la liberación de las dos voluntarias, cuyo cautiverio había dominado los titulares nacionales de política, fueron saludadas con regocijo. Había habido falsas informaciones en la semana de que ambas jóvenes habían sido ejecutadas. Berlusconi dijo que las mujeres, que trabajaban para la organización de caridad Un Puente para Bagdad, y que habían participado de proyectos educativos y de medio ambiente, regresaban a Italia en la noche de ayer. “Las dos jóvenes se encuentran bien y podrán retornar junto a sus seres queridos esta noche.” Más temprano, los diarios italianos informaban que el grupo que mantenía a las Simonas cautivas, llamado Ansar al Zawahri, estaba cerca de liberar a las secuestradas luego de acordar un rescate. Citando informaciones de Kuwait, se afirmó que 500 mil dólares fueron pagados por las autoridades por mediode intermediarios el lunes, y el resto se habría pagado ayer. El gobierno italiano no hizo comentarios al respecto.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia B. Nieva.