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Por Kim Sengupta *
Desde Bagdad

Mil tropas de Estados Unidos se movilizaron ayer contra la rebelde ciudad de Faluja, después de una noche de implacables ataques aéreos y por tierra, en respuesta a los ataques suicidas en la Zona Verde controlada por los estadounidenses en Bagdad. La ofensiva, apoyada por las fuerzas del gobierno iraquí con tanques y artillería, sucedió después de que el gobierno interino amenazara con represalias si Faluja no entrega al militante jordano Abu Mussab al Zarqaui, que se adjudicó las explosiones de la Zona Verde. Los ataques comenzaron justo unas pocas horas después de que se emitiera el ultimátum el jueves a la noche. Ayer, las fuerzas de Estados Unidos arrestaron a Khaled al Jumaili, el jefe negociador de la ciudad en las recientes conversaciones con el gobierno, así como al jefe de policía y a sus dos oficiales más altos. Al Jumaili fue apresado cuando salía de una mezquita después de las oraciones del viernes, los otros mientras trataban de mudar a sus familias de Faluja a la cercana ciudad de Habaniyah por seguridad.
Los líderes cívicos en Faluja dijeron que la exigencia que les hiciera el primer ministro Iyad Allawi de entregar a Al Zarqaui era una “condición imposible de cumplir”. Señalaron que los estadounidenses, con todo su poder de fuego y el ofrecimiento de una recompensa de 25 millones de dólares no lo han podido capturar ni matar. Abu Assad, un vocero del Consejo Religioso de Faluja, dijo: “Como hemos agotado todas las soluciones pacíficas, la ciudad está lista ahora para tomar las armas y defenderse”. El despliegue de ayer fue el mayor contra la ciudad desde la ofensiva de Estados Unidos en abril último. Eso también fue después de la matanza de estadounidenses, en esa ocasión el linchamiento de cuatro contratistas en la ciudad. Las fuerzas estadounidenses se retiraron después de varias semanas de lucha, pero el enojo desatado por el ataque, en el que murieron 600 iraquíes, es visto como el desencadenante de la violenta insurgencia que se incrementó desde entonces.
La operación de ayer coincidió con el primer día del mes sagrado musulmán de Ramadán. Clérigos musulmanes llamaron a la desobediencia civil en todo Irak si los estadounidenses continuaban con su avance y amenazaron con llamar a una jihad contra las fuerzas de la coalición. Una declaración leída en las mezquitas sunnitas en Bagdad y otros lugares decía: “Al Zarqaui se ha convertido en el pretexto para derrumbar casas civiles y matar a pobladores inocentes. Es una mentira, igual que las armas de destrucción masiva”.
Entre los lugares atacados, según el ejército, había dos “centros de planeamiento de Al Zarqaui”, depósitos de armas y puestos de control de insurgentes. Hubo noticias de choques en la parte norte de Faluja, mientras que las fuerzas estadounidenses que avanzan desde el oeste usan altoparlantes para instar a los insurgentes a deponer su armas.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.