EL MUNDO

Crónica de un día muy violento aun para el hiperviolento estado Nº 51

Una comisaría tomada y 16 policías masacrados, una bomba que mató a 14 personas e hirió a 19 frente a una mezquita en Bagdad y ataques surtidos en el norte del país demostraron ayer que las fuerzas norteamericanas distan de controlar el Irak que ocuparon.

Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad

Rebeldes tomaron por asalto una comisaría de Bagdad ayer matando al menos a 16 policías en uno de los más mortales ataques en semanas. El asalto bien organizado demuestra que continúa la efectividad de las fuerzas de la resistencia, a pesar de la captura de su sede en Faluja por parte de marines norteamericanos el mes pasado.
Ayer por la mañana, unos 30 hombres enmascarados y fuertemente armados abrieron fuego desde los techos de las casas vecinas sobre la comisaría Al Amil, cerca de la autopista hacia el aeropuerto al sur de la capital. “El ataque comenzó a las 6 de la mañana”, dijo más tarde un policía herido, en un hospital. Para ocultar su identidad pidió que se lo nombrara solamente como Mohammed. “Estaba durmiendo cuando comenzó. Rodearon la comisaría y abrieron fuego con lanzagranadas misilísticas. Mataron a nuestros hombres con fuego de ametralladoras desde el techo. Después tomaron la entrada.” El policía dijo que él y sus colegas, algunos solamente armados con pistolas o Kalashnikovs viejas, estaban peor pertrechados que los rebeldes que los atacaban. Es una queja constante de la policía iraquí que Estados Unidos no los ha provisto de chalecos antibalas ni de ametralladoras modernas.
Hamid Sabih Akehait, un prisionero de la comisaría donde estuvo detenido por cuatro meses acusado de recibir bienes robados, dice que los atacantes tenían las caras tapadas con cascos Balaclava. Gritaron “Dios es grande” y “No hay otro Dios que Dios”, mientras derrotaban las defensas de la comisaría. Fue herido en la pierna por una explosión. Mohammed, un hombre alto de 28 años que es policía desde hace nueve meses, dijo que algunos de los policías murieron en la planta baja de la comisaría. “Siete de nosotros, dos oficiales y cinco soldados, huyeron hacia arriba”, dijo en una entrevista con este diario en el hospital Al Yarmouk. “Comenzaron a disparar y nosotros les disparamos, pero no pudimos detenerlos y tuvimos que tirar nuestras armas. Nos empujaron hacia un rincón y nos dijeron que nos arrodillemos y abrieron fuego sobre nosotros al azar por tres minutos.” Mohammed recibió un tiro en el brazo durante la masacre, pero se quedó tendido en el piso fingiendo estar muerto. Hubo una pausa en el fuego y después los rebeldes comenzaron a disparar otra vez. Los otros seis policías murieron. Después escuchó a un rebelde gritar “retírense” y, media hora después del primer ataque, los rebeldes se retiraron de la comisaría. Dijo que liberaron a alrededor de 50 prisioneros y dejaron una bomba. También les prendieron fuego a los patrulleros estacionados afuera.
Un tercer policía, que tampoco quiso ser identificado, estaba en un patrullero cuando recibió un llamado por radio diciendo que la comisaría Al Amil estaba siendo atacada. Dijo: “En cuanto llegamos al lugar –ni siquiera habíamos bajado de nuestro patrullero–, nos dispararon con ametralladoras. Recibí un disparo en la pierna izquierda y se fracturó el hueso. El chofer y mi teniente también fueron heridos.” Sostuvo que los norteamericanos enviaron una fuerza, pero que recibieron fuego y se retiraron. Patrullajes policiales iraquíes tampoco se animaron a acercarse demasiado a la comisaría tomada. Un vocero militar norteamericano, el teniente coronel Jim Hutton, dijo que un vehículo blindado estadounidense fue dañado en los combates en las cercanías. Esto parece confirmar la versión de la policía de que las fuerzas norteamericanas intentaron rescatar la comisaría y luego se retiraron.
Los rebeldes han atacado comisarías en el pasado, pero hasta ahora nunca en Bagdad. Esta es la primera vez que se captura una comisaría en la capital. El grupo de Abu Musab Al Zarqawi reivindicó el ataque en un sitio de Internet. También dijo que había erradicado dos patrullajes policiales en el oeste de Bagdad.
En una nueva oleada de violencia por Irak ayer, 14 personas murieron y 19 fueron heridas cuando explotó una bomba afuera de la mezquita chiíta Hameed Al Najar en Bagdad. Un soldado norteamericano murió y dos fueron heridos por una bomba caminera afuera de Kirkuk. En la ciudad norteña de Mosul, donde se desintegró la fuerza de 5000 policías el mes pasado, hubo ataques sobre una base norteamericana y dos comisarías donde murieron 11 guerrilleros y un policía. Unos 66 cadáveres se encontraron en Mosul desde el 18 de noviembre. Se cree que son miembros de las fuerzas de seguridad o simpatizantes del gobierno interino.
La capacidad de las guerrillas para capturar una comisaría en Bagdad demuestra que están cada vez mejor organizados. La lenta respuesta militar norteamericana resalta que su ejército no tiene suficientes soldados para controlar la capital. Muchas de sus 138.000 tropas están atadas a la necesidad de defender sus bases o sus convoyes o están realizando patrullajes de rutina.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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Soldados de EE.UU. exploran el sitio de la explosión frente a la mezquita chiíta.
 
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