EL MUNDO › ESPIAN Y QUIEREN ECHAR AL DIRECTOR DE LA AIEA
La ONU, nueva invasión de W2
Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
Estados Unidos está pinchando el teléfono de Mohamed El Baradei, esperando reunir información que pueda servir a Washington para removerlo como jefe de la agencia de monitoreo nuclear de la ONU, y poner en máxima velocidad un esfuerzo total para forzar a Irán a renunciar a sus ambiciones de poseer armas nucleares. El Departamento de Estado, la CIA y la NSA, la hermética agencia que se encarga de la vigilancia electrónica y de la intercepción de comunicaciones, declinaron ayer formular comentario alguno sobre el informe publicado en The Washington Post. Pero funcionarios de la Agencia Internacional de Energía Atómica, con base en Viena, que encabeza El Baradei, dijeron que daban por sentado que existían estas prácticas. En la marcha hacia la invasión de Irak en 2003, salió a la luz que Estados Unidos y Gran Bretaña habían interceptado los teléfonos de Kofi Annan, secretario general de la ONU, y de Hans Blix, el jefe de inspecciones de armas de la esa organización.
El Baradei es una figura respetada y popular, pero ha caído en desgracia con la administración del presidente George W. Bush, primero por haber denunciado documentos falsos que buscaban probar que Saddam Hussein había buscado comprar uranio en Níger y ahora por el programa nuclear a Irán. Se considera que el líder de la campaña para echarlo es John Bolton, el subsecretario de Estado de línea dura para Control de Armas, cuyos admiradores quisieran verlo promovido como el segundo de Condoleeza Rice, la próxima secretaria de Estado. La intervención telefónica es parte de lo que parece ser un intento de persuadir a una minoría con poder de bloqueo del directorio de 35 miembros de la AIEA a oponerse al nombramiento de El Baradei por primera vez, a mediados del año que viene, sobre la base de que ha sido demasiado blando con Irán. El artículo del Post, que cita a tres anónimos funcionarios norteamericanos, dice que las intervenciones no arrojaron pruebas de conducta impropia alguna por El Baradei en sus esfuerzos por lograr una solución diplomática al suspendido programa nuclear iraní, o que haya intentado ocultar evidencias que confirmen que Irán esté en carrera para adquirir un arma nuclear.
Fuera de EE.UU., la opinión general es que El Baradei ha hecho un buen trabajo para la comunidad internacional. Incluso Gran Bretaña, uno de los tres países europeos que están tratando de llegar a un acuerdo con Irán, estaría opuesta a su reemplazo. Alexander Downer, el canciller australiano, es el candidato favorito de Washington. Pero ha dejado saber que no va a desafiar a El Baradei, de acuerdo al Post. Esto deja a la administración Bush en una posición difícil. Si avanza con lo que se considera ampliamente como una vendetta, Washington corre el riesgo de provocar otra fricción con sus aliados. En un nivel, el affaire El Baradei es un signo de la frustración en aumento de Estados Unidos con Irán, un miembro fundacional el “eje del mal” de Bush.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.