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La Comisión Electoral Independiente de Irak anunció ayer la distribución definitiva de escaños en la Asamblea Nacional, que confirma el triunfo de los islamistas chiítas. La Alianza Unida Iraquí (AUI), bendecida por el ayatola Alí Sistani, tendrá 140 escaños, dos más de la mayoría absoluta, pero insuficiente para poder nombrar al gobierno. Sus dirigentes están negociando con la segunda fuerza política del Parlamento, la Alianza Kurda, que ha obtenido 75 diputados. A gran distancia, la lista encabezada por el primer ministro provisional, Iyad Allawi, tiene que conformarse con 40 sitios.
Antes de trasladar los votos a escaños, la Comisión había previsto un plazo de cinco días para reclamaciones, de ahí el retraso en proclamarse la distribución definitiva de la Cámara. Los 12 grupos que finalmente tendrán representación parlamentaria han recibido un porcentaje de diputados superior al de sus votos, ya que decenas de listas no lograron traspasar el mínimo de votos para entrar en el Parlamento. Entre éstas, una de las más destacadas ha sido la del ex ministro de Asuntos Exteriores Adnán Pachachi, un sunnita laico cuyo nombre se barajó el pasado verano para la presidencia del gobierno provisional.
Pero durante estos cinco días los distintos grupos políticos no han esperado de brazos cruzados. Analistas políticos y diplomáticos consultados por esta enviada coinciden en señalar que los dos principales ganadores, la lista chiíta y los kurdos, ya han avanzado sus conversaciones para lograr un reparto de cargos que pueda obtener el respaldo de la Asamblea Nacional. La Constitución provisional que rige durante este período transitorio exige una mayoría cualificada de dos tercios (184 diputados) para confirmar al presidente y los dos vicepresidentes. Aunque esos puestos son en gran medida ceremoniales, a ellos corresponde formalmente el nombramiento, por unanimidad, del primer ministro y el resto del gobierno. Disponen de dos semanas y tienen que lograr la aprobación parlamentaria por mayoría simple (138 votos). Aunque en principio los chiítas podrían ratificar sin problema a su candidato, Ibrahim al Jaafari, parece razonable que quieran contar con un mayor respaldo, sobre todo si, como se especula, aceptan la petición kurda de que Yalal Talabani, el líder de la Unión Patriótica del Kurdistán, acepte la presidencia. Además, la tarea pendiente de redactar la Constitución definitiva exige un mínimo de consenso.
La elección de Al Jaafari fue el resultado de un acuerdo entre los dos principales partidos de la AUI, la Asamblea Islámica para la Revolución Islámica en Irak y el suyo propio, Al Dawa. Sin embargo, la decisión ha sido contestada por otro de los integrantes de la coalición, el polémico Ahmed Chalabi, que lidera el Congreso Nacional Iraquí. Fuentes periodísticas en Bagdad se hacen eco de una decisión de la AUI de someter ambos nombres a una votación secreta entre los 140 miembros electos de su lista, aunque no dan una fecha para ello.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.