EL MUNDO
Cómo hace un golpe para triunfar cuando fracasa
El presidente venezolano Hugo Chávez anunció cambios en dos de los tres puestos claves del equipo económico y designará a Lucas Rincón, cuyo papel en el golpe es confuso, en Defensa.
Los golpes de Estado a veces fracasan y muchas veces triunfan. Y a veces, cuando parecen fracasar, terminan pareciéndose a un triunfo. En su programa dominical “Aló, presidente”, Hugo Chávez anunció varios cambios en su gabinete, y en esos cambios figura la salida de uno de los personajes más denostados por los golpistas venezolanos: el ministro de Planificación Jorge Giordani, que será reemplazado por Felipe Pérez, un economista crítico del gobierno, en lo que Chávez señaló como un cambio “fruto del diálogo” abierto con la oposición. Y el Ministerio de Finanzas será ocupado por otro “crítico constructivo” (al decir de Chávez) del actual gobierno como Tobías Nóbrega. Fuera del plano económico, Chávez ordenó otro cambio: el general Lucas Rincón, Inspector General de las Fuerzas Armadas y cuyo papel en los hechos del 11 de abril es bastante confuso, fue premiado con el Ministerio de Defensa, de donde sale José Vicente Rangel para convertirse en vicepresidente. Diosdado Cabello pasará de la vicepresidencia al Ministerio del Interior, ocupado por otra figura resistida por la oposición, Ramón Rodríguez Chacín.
Casi todo lo que anunció Chávez ayer fue a pedir de boca de la oposición, con la que el gobierno estableció una suerte de mesa de diálogo luego del intento golpista del 11 de abril. La Iglesia Católica, pero sobre todo la corporación empresarial Fedecámaras (que aportó a Pedro Carmona como presidente golpista) y la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV, que no está en la mesa de diálogo) querían la cabeza de Giordani y de Rodríguez Chacín; también la de Rangel, a quien Chávez quiere mantener en el centro del diálogo con una oposición que lo rechaza; y la de Adina Bastidas, señalada como la redactora de las 49 leyes que promulgó Chávez en diciembre desatando la furia de la oposición. Entre esas leyes están la de Pesca, de Hidrocarburos y de Tierras.
Chávez ya había dado señales de cambio en el camino de su “Revolución Bolivariana” cuando aceptó remover la cúpula de Petróleos de Venezuela (PDVSA) por un equipo técnico, tal como pedía la oposición. La cuestión es ver hasta dónde llevarán los cambios el nuevo equipo económico conformado por Pérez y Nóbrega. Pérez realizó posgrados en la Universidad de Chicago y trabajó para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Es experto en finanzas públicas y propone la llamada “cuarta vía” económica, que es “una combinación de mercado con solidaridad”. Nóbrega es doctor en Teoría y Política Económica de la Universidad Complutense de Madrid, crítico de Chávez y “venezolano de aquilatados méritos”, según el presidente. Además del destino de las 49 leyes, Venezuela está pasando por un proceso similar, en algo, al argentino. La fuga de divisas fue de 21 mil millones de dólares en los últimos tres años, según el Banco Mundial, y la libre flotación del bolívar terminó en un proceso inflacionario, ajustado (a diferencia de Argentina) por un aumento salarial, pero todo basado en un déficit de 7.300 millones de dólares.
Lo más llamativo en estos recambios ministeriales es el ascenso de Rincón al Ministerio de Defensa. Anteayer, Rincón estuvo casi siete horas declarando ante la comisión que investiga los hechos del 11 de abril en la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral). La cuestión es que había sido Rincón quien anunció la renuncia de Chávez aquella noche, y por lo que muchos sospecharon de su papel, a pesar de que Chávez lo califica como “un militar leal”. Rincón explicó ante el Parlamento que anunció la renuncia de Chávez con el acuerdo de los golpistas y del propio presidente, sin tener aún el texto de la dimisión, “para evitar un derramamiento de sangre y hasta una guerra civil”. Y señaló que fueron los golpistas, al rechazar las demandas de Chávez de que se respetara la Constitución y que asumiera entonces el vicepresidente Diosdado Cabello, los que rompieron este “acuerdo”. “Obviamente no íbamos a trabajar con un gobierno de facto”, explicó Rincón, quien denunció que el golpe se venía fraguando desde hacía varios meses.